domingo, 17 de febrero de 2008
Psicosis
La génesis de este film, absoluta obra maestra y verdadera iniciadora del subgénero de psycho killers, es más bien sencilla: el genial cineasta inglés Alfred Hitchcock se encontraba en medio de una crisis de ideas, mientras que otros competidores suyos como William Castle le sacaban ventaja a pasos agigantados. Hitchcock pidió a sus colaboradores que buscaran alguna novela interesante para adaptar, y finalmente se encontró ante "Psicosis" un texto de Robert Bloch interesante, aunque empequeñecido por la grandeza del film subsiguiente. Hitchcock se decidió a producir este filme como un respiro, sin darle demasiada importancia. Pensaba que podría obtener buenos beneficios si se estrenaba en verano. Jamás imaginó que este rodaje iba a devenir en la película por la que es conocido en todo el mundo, un absoluto clásico en blanco y negro (a pesar de que en los últimos años, Hitchcock se había pasado al cine en color). Rodada con un equipo de televisión, con un presupuesto de ochocientos mil dólares, recaudó más de trece millones y convirtió en estrellas a sus actores (algunos de ellos ya consolidados y otros completamente desconocidos, como Anthony Perkins).
La sinopsis del film es bien conocida: Marion Crane (Janet Leigh) es una muchacha de Phoenix agobiada por su situación: trabaja en una inmobiliaria y está enamorada de Sam Loomis (John Gavin) un hombre divorciado con el que mantiene un apasionado idilio secreto, y que se niega a casarse debido a sus deudas. Marion encontrará su solución cuando un cliente millonario, pomposo y machista, entrege 40000 dólares al contado para pagar una casa como regalo de bodas. Marion verá en ese dinero la solución a sus problemas, y en un arrebato de desesperación, lo roba y huye para intentar reunirse con su amante.
Por el camino asistiremos a sus peripecias, dignas del cine negro: sus pensamientos/supuestos diálogos de sus perseguidores, y sus avatares cuando es perseguida por un amenazador policía, teniendo que cambiar de coche, entorpecida por las condiciones climatológicas (la lluvia sobre el parabrisas que presagia su futuro inmediato). Hasta aquí todo normal. Hasta que aparece en una noche particularmente torrencial, un viejo caserón en las cercanías de un motel, el motel Bates. Marion pernoctará en el motel, y conocerá a su dueño, el joven Norman Bates (Anthony Perkins quedó irremediablemente atado de por vida a este personaje) un joven sano y en esencia, aparentemente inofensivo, con dificultades para comunicarse (tartamudea, es tímido). Ante lo tardío de la hora, Norman la invita a cenar, y sube a la casa para preparar la cena. Marion asiste a una conversación entre Norman y su anciana y posesiva madre. Cuando el joven vuelve con la cena, surge una inevitable conversación sobre su madre reclusa en la casa. Comenzamos a tener el perfil psicológico del joven Bates, un muchacho desequilibrado por el trato de una madre castradora y celosa, aislado del mundo, sin amigos ("El mejor amigo de un muchacho en sus madre" dice en un momento del film). No tiene claro si la ama o la odia. Siente tentaciones de abandonarla, pero le crea un gran complejo de culpa. Al final, Marion sentirá cierta afinidad con el muchacho, conectando su "cruz" (su madre) con la suya propia (el delito que acaba de cometer) y decide regresar para devolver el dinero e intentar arreglar las cosas.
Marion entra en su habitación, se desnuda, se mete en el cuarto de baño y comienza a tomar una ducha. Entonces, el espectador observa como se abre la puerta de su habitación y aparece alguien que entra en el baño y aparta la cortina. Entrevemos la silueta de una vieja que procede a acuchillar salvajemente a la joven, que muere tendiendo una mano a la cámara, en busca de una salvación imposible. Por la mañana, el joven Norman observa lo sucedido, aterrado por la visión de la sangre, pero decide encubrir el crimen para proteger a su madre, mete a la joven Marion y todas sus pertenencias en su coche, y lo hunde en un pantano cercano.
Aquí concluye la primera parte del film, y en la segunda parte, las cosas se centran alrededor de la investigación sobre lo sucedido, donde el amante de Marion, Sam, se unirá a su hermana Lila (Vera Miles) y a un detective privado, Arbogast (Martin Balsam) en busca de la desaparecida. El detective comienza a buscar por todos los paradores y moteles de la zona, y al llegar al de Bates no queda satisfecho con la explicación del chico, y al intentar hablar con su madre es asesinado. Sam y Lila deciden infiltrarse en el hotel y arrancarle la verdad al joven Norman... y a su madre.
Hitchcock convierte esta película en un clásico valiéndose de un guión inteligente que toca multitud de temas, tales como el transformismo, el parricidio, el adulterio, el desdoblamiento de personalidad y la necrofilia, un grupo de actores excelentes, empezando por una Janeth Leigh estupenda, que carga con todo el "protagonismo" para ser asesinada antes de la mitad del metraje, una convincentemente confusa Vera Miles, un adecuado "héroe" John Gavin, y mis favoritos, Anthony Perkins como el desequilibrado Norman Bates y Martin Balsam como el típico detective de cine negro, duro, cínico y que sigue a su "presa" con determinación y perseverancia. Unos títulos de crédito fragmentados y una banda sonora de Bernard Herrman (que ha pasado a la historia por si misma, nadie es capaz de imaginar la escena de la ducha sin imaginar tambien los acordes de Herrman) terminan de conformar un absoluto clásico de parada obligada para cualquiera.
La película tuvo varias secuelas (además de muchas y malísimas imitaciones) para empezar, la correcta "Psicosis II: El comienzo" en la que, veinte años después, Norman Bates es declarado curado y puesto en libertad, para disgusto de Lila Loomis (Vera Miles) que es la mala de la película y tramará un plan para enloquecer a Norman y que vuelva a quedar encerrado. Más que correcta historia de suspense, entretenida y bien dirigida. Psicosis III, dirigida por el propio Perkins, no pasa de ser un refrito de todo lo que ya hemos visto, y Psicosis IV es una precuela que cuenta las torturas a las que Norman era sometido por su madre. Nada que aportar. También hubo una película titulada "Psicosis 2" con Rachel Welch, que a pesar de su título nada que tiene que ver con la saga original.
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