domingo, 20 de abril de 2008

Solos en la oscuridad



Jack Sholder es uno de esos directores del fantástico que se han movido siempre en las aguas del desconocimiento. La mayoría del público no reconocerá su rostro ni su nombre, y si se les dice que es el director de, por ejemplo, la segunda parte de "Pesadilla en Elm Street" se limitarán a encogerse de hombros. Aunque ha demostrado tener talento, pocas veces ha destacado con una película que le permita lucirse comercialmente, quizás la más celebrada es la curiosa "Hidden, lo oculto".
Dos años antes de que Wes Craven diera el pistoletazo de salida a la, hasta entonces productora ignota New Line Cinema, Sholder ya destacó con esta "Solos en la oscuridad" un slasher prototípico, entretenido, y que basa su encanto, sobre todo, en los "monstruos" que figuran en su ficha artística, y es que ver aunados en un mismo plano al inquietante Jack Palance, a Martin Landau y a Donald Pleaseance ya es señal, cuato menos, de que estamos ante algo más digno que cualquier secuela de Viernes 13, o copia de esta, pues era el modelo más clonado en películas de psicopatas de la década.
Se nos cuenta, tras un inquietante prólogo con Landau de protagonista, la llegada de la familia Potter a una pequeña ciudad americana, donde el cabeza de familia, Dan (Dwight Scultz) va a ocupar un puesto de psiquiatra en el manicomio del doctor Leo Baln (Pleaseance) un tipo que no parece estar mucho más cuerdo que sus pacientes, e incluso alimenta las fantasías de estos. Allí conocerá a los hombres del ala de máxima seguridad: el antiguo militar Frank Hawkes (Palance, el personaje más interesante) que con una fuerte neurosis de guerra, no soporta estar encerrado; el ex sacerdote Byron Sutcliff, fanático religioso que una vez quemó su iglesia cuando todos los feligreses estaban en ella; un joven obeso que abusó de varias niñas, y el "hemofílico" un asesino en serie que siempre tenía hemorragias nasales tras sus crímenes, y que no permite que le vean la cara.
Mientras el doctor Potter se pone al día en sus funciones, los locos traman contra él, creyendo que Dan ha asesinado a su antiguo psiquiatra, el doctor Merton (a quien tenían en gran estima) y deciden vengar a su antiguo amigo, cuando la ocasión llegue.
Durante un ruidoso concierto de rock, al que todos acuden por mediación de Toni, la cuñada de Dan, se produce un apagón en toda la ciudad, y diversos disturbios. Al quedarse sin electricidad el manicomio, los locos aprovechan para huir de allí, se hacen con ropas civiles y con armas, y esperan pacientemente a que el doctor y su familia regresen a casa para comenzar un asedio brutal...

El doctor Potter habla con Hawkes

Empezando por la plantilla de actores, resulta divertido ver a Dwight Schultz para cualquiera que haya seguido las aventuras de "El equipo A" serie en la que interpretaba al loco Murdock: aquí, Schultz es un psiquiatra, un tipo intelectual, incluso apocado, que prefiere no involucrarse en asuntos comprometidos, resultando casi un émulo del personaje de Dustin Hoffman en "Perros de paja" (película con la que guarda no pocos paralelismos) donde una persona pacifista e incluso cobarde tendrá que hacer uso de la violencia para sobrevivir.
Pero la fuerza de la película está en esos locos, desde el psiquiatra que rige el manicomio, un tronchante Donald Pleaseance, tan desequilibrado como cualquiera de sus pacientes, a ese grupo de hombres "no es que sean violentos, simplemente no han podido o no han sabido integrarse en la sociedad" se repite varias veces en el filme, desde un Martin Landau como el perturbador fanático religioso a un amenazante Jack Palance, no del todo cuerdo/no del todo loco. El ex militar Frank Hawkes, sufre neurosis y claustrofobia, debido al tiempo que estuvo prisionero en Vietnam, y siempre intenta escapar, o por lo menos "creer que conoce la forma de escapar, y que puede hacerlo cuando quiera" como expresa el doctor Bain. El personaje de Philliph Clark es probablemente, el que resta más credibilidad a la película...
Sholder dirige con fuerza un guión arquetípico, puede decirse que está a medio camino entre el slasher (sin excesos en gore, eso si) y la película de suspense; son más los movimientos de los locos y la respuesta de los "cuerdos" lo que interesa a Sholder en lugar de los asesinatos, y cuando estos se suceden son despachados con sobriedad, sin exceso regodeo en la escena sangrienta.
No falta la polémica de "¿quien es el verdadero loco?" ante la situación del apagón: durante el concierto se produce el apagón, posteriormente se producen saqueos y manifestaciones aprovechando la oscuridad forzada, e incluso la policía actúa de manera violenta e irracional, confundiendo sin que parezca importarles a saqueadores con ciudadanos normales.
Pequeña pieza de artesanía, rápida, va al grano y cuenta una historia lo suficientemente creíble y desasosegante, servida por tres grandes actores, sabiéndose ya casi al final de sus brillantes carreras. Sholder conocería el éxito en 1984 con la segunda parte de Pesadilla en Elm Street (menos, pues la secuela, aunque no dejó de generar dinero en taquilla, es de las más denostadas por los aficionados, pese a ser una historia de suspense que aportaba algo nuevo a la saga, aunque desbarra hacia el final) y si, conocería por fin el éxito, público y crítico, en 1987 con la mencionada Hidden, lo oculto (ganadora del Gran Premio Avoriaz, y del premio al Mejor Actor (Michael Nouri) en el festival de Sitges.
Lastima que, actualmente, el talento de Sholder se haya visto implicado en cosas como la nefasta "Arachnid"...

lunes, 14 de abril de 2008

Asalto a la comisaría del distrito 13



La primera película de John Carpenter fue Dark Star, un proyecto universitario que se alargó durante tres años, pasando de ser un mediometraje rodado por amigos a una película (muy modesta, eso si) estrenada en cines. La película contaba la historia de unos astronautas a bordo de una nave que se dedica a destruir planetas inestables. Los astronautas hippies a bordo se las verás negras por culpa de un alien (en forma de pelota de playa) y por una bomba atómica con conciencia propia que amenaza con destruir la nave, cosa que deberán evitar, filosofando con ella... demencial.
El productor Irwin Yablans (uno de los futuros productores de "La noche de Halloween" le ofreció a Carpenter total libertad para, con un presupuesto limitado, llevar a cabo la pelicula que quisiera. Carpenter eligió un western, concretamente un remake semi encubierto de "Río Bravo" de Howard Hawks. Pero sabiendo de antemano que el western era un género en franca decadencia, y que requeriría bastante más presupuesto para conseguir unos escenarios convincentes, decidió convertir a los indios en pandilleros y a los sheriffs en policías de una ciudad americana en la época "actual" (1976, año de producción del filme). Carpenter escribe el guión, dirige, produce, compone la música (una de las melodías más pegadizas y obsesionantes de su carrera como director) y ademas, monta el filme con el seudónimo de John T Chance (nombre de un personaje interpretado por John Wayne).
El filme comienza siguiendo las andanzas de una pandilla "Trueno callejero". Seis de sus miembros son acribillados en una operación policial. Las autoridades advierten que se esperan represalias por parte de los compañeros de los fallecidos. Así, estos hacen un pacto de sangre para devolver todo el daño que se les ha causado, para vengarse hasta la muerte de ser necesario.
Asistimos entonces al primer día como policía del agente Ethan Bishop, a quien le han dado un primer encargo poco importante: la comisaría del distrito 13, Anderson, tras décadas de leal servicio, ha sido clausurada y trasladada a otro edificio más moderno. Bishop tendrá que supervisar el traslado de las pocas cosas que quedan allí, junto con una mujer policía, Leigh (Laurie Zimmer) y una secretaria. En primera instancia, un encargo rutinaria de ninguna importancia. Las cosas comienzan a complicarse: por una parte, una serie de presos son trasladados a una cárcel para condenados a muerte, entre ellos, el célebre y carismático Napoleon Wilson (Darwin Joston) pero uno de los presos está gravemente enfermo, y tendrán que hacer pasada... en la comisaría de Anderson.

El ciudadano anónimo como potencial víctima de los pandilleros

Por otra parte, los pandilleros asesinan a un heladero y a una niña que acudía a comprar un helado (impresionante escena) el padre de esta, completamente enloquecido, se hace con un arma y dispara contra varios de los jóvenes, que le persiguen enloquecidamente. El padre se refugia en la comisaría, donde el guardián de Wilson y los otros Starker (Charles Cyphers) trata de encontrar un médico. Los pandilleros cortarán la luz y el teléfono, y asesinarán a Starker y a varios de sus presos. Wilson y su compañero Wells (Tony Burton) se salvan, y son encerrados mientras Bishop y Leigh se hacen consciente de la situación. Los pandilleros exigen que se les entregue al hombre al que protegen, pero Bishop, que a pesar de ser un novato tiene un gran sentido del deber, se niega, diciendo que el hombre acudió a buscar ayuda y la recibirá mientras se la puedan dar. Se organiza un impresionante tiroteo, con varios muertos por ambos bandos, y finalmente, Bishop se da cuenta de que no sobrevivirá si no cuenta con la ayuda de Wilson y Wells... los cuatro formarán un grupo formidable en un intento de sobrevivir al asedio mientras dan con un modo de salir del encierro...
Asalto a la comisaría del distrito 13 ha sido comparada tanto con el western que medio remakea, Rio Bravo, como con otras películas de temática similar: La noche de los muertos vivientes, Perros de paja... films en los que unas cuantas personas quedan encerradas en una casa, agredidos por una amenaza exterior, con pocos medios para defenderse y con algunos problemas internos. Ellos solo tienen un rifle y dos pistolas, y para hacer frente a la batida final, se valdrán tan solo de un arma con tres balas (momento mítico) mientras que los pandilleros parecen no tener fin, inquietantes (se nos muestran numerosos entre las sombras, sin que les veamos nunca el rostro) y con recursos ilimitados. Una situación al límite, marcada todavía más por la oscura fotografía de Douglas Kanpp, creando una sensación asfixiante muy conseguida. La dirección de Carpenter es firme, pese a ser casi un novato en esas lides, y ya he mencionado la desasosegante banda sonora...

Luchando hasta el último momento

Respecto a los acotres, Tony Burton siguión haciendo cine, Darwin Joston intervino en alguna peli más de Carpenter como secundario, antes de su fallecimiento prematuro, pero el caso mas sangrante es el de Laurie Zimmer, que interpreta a la mujer policía Leigh. Al parecer, este fue su único film comercial, lo cual resulta una pena, pues apuntaba maneras. Antes solo había hecho una película francesa underground, cuya directora la escogió a ella porque eran físicamente idénticas. Años después, esta directora intentó encontrar a su antigua "doble" haciendo repartir folletos con su foto por diversas ciudades, e incluso rodó un documental "¿Donde está Laurie Zimmer?" pero la actriz sigue desaparecida.
La película es todo un rosario de escenas míticas: desde los pandilleros circulando en coche y apuntando con sus armas a los ciudadanos al asesinato, frío, cruel e indiferente de una niña que va a comprar un helado, los posteriores tiroteos, la personalidad del gran Napoleon Wilson (el primer antihéroe carpenteriano, noble antecesor de gentuza como Serpiente Plissken) un hombre muy peligroso que ha sido calificado de asesino de masas y va a ser ejecutado por ello. Wilson tiene una actitud cínica y sarcástica hacia la vida, es "encantador" segun le describe con sorna su compañero Wells, se pasa toda la película pidiendo un cigarrillo y flirteando con Leigh (la cual no es precisamente indiferente a sus indirectas) y cuando las cosas se ponen feas para "los buenos" no duda en convertirse en un poderoso aliado para Bishop, combatiendo al enemigo con toda su astucia sin que en ningún momento aflore en él una vena sádica o perversa. Al final, después de lo acontecido, se ha forjado entre los dos hombres una camaradería indestructible, y es Napoleon Wilson a quien Bishop considera su compañero, y no los otros hombres que llevan placas como él. Al igual que en otras películas como "Vampiros" la amistad puede surgir en el lugar y la situación más inesperada, y convertirse en lo más importante para aquellos que hacen gala de ella.
Oscura, fría, cautivante, "Asalto a la comisaría del distrito 13" puede considerarse sin ningún pudor como la primera obra maestra de su director, pese a que en su estreno en cines de EEUU fue recogida con mucha frialdad, y bastante despreciada por la crítica. Pero cuando Carpenter ya andaba metido en la producción de "La noche de Halloween" la película fue estrenada en el Festival de Londres, donde causó verdadera sensación, hasta el punto en que varios críticos de cine norteamericanos rectificaron sus palabras, alabando el film. Antes de su estreno, se barajaron los títulos de "The Siege" y "The Anderson Alamo" y fue un distribuidor quien finalmente la bautizó como todos la conocemos.
Hace unos años se realizó un remake, completamente carente del nervio y de la ambiguedad moral de esta. Nada a tomar en cuenta. La original es un verdadero clásico, y son muchos los que la tienen como su película preferida de su director, pese a que este tiene películas mucho más logradas.

domingo, 13 de abril de 2008

Robocop



Paul Verhoven es un director genial. Utiliza todos los medios a su alcance para hacer, en sus películas, brutales críticas a la sociedad norteamericana. Pero, como dichas películas gozan de popularidad y de buenas cifras de ingresos, nadie parece concederle a importancia al cínico examen de las costumbres americanas, y el hombre sigue a lo suyo. Robocop es una muestra perfecta de ello: gozó de éxito de taquilla y de crítica, tuvo varias secuelas y series (una "en carne y hueso" y otra de dibujos) y se convirtió en uno de los iconos más importantes hacia finales de los años ochenta. Producida por la Orion (que tambien produjo Terminator) con un presupuesto ajustado, Verhoven quiso crear una historia en la que "el alma humana consiga sobrevivir a la muerte y no se supedita a un programa informatico". De hecho, son muchos los que han hecho comparaciones religiosas... pero vamos con el argumento.
Detroit, en algún momento indeterminado del futuro. La ciudad del autmóvil es un nido de corrupción, violencia incontrolable, drogas, prostitución, atracos, violaciones y asesinatos. La policía ya no es un servicio público, sino que forma parte de una compañía privada, la todopoderosa OCP, que ahoga cualquier eficacia del cuerpo policial con una absurda y aplastante burocracia.
El agente Murphy (acertado Peter Weller) es trasladado a la comisaría de Detroit, donde sale a patrullar con su nueva compañera, Lewis (Nancy Allen). En el primer día, persiguen a una panda de sádicos que acaban de robar un banco y se refugian en un viejo almacén abandonado. Allí, los agentes se separan, y Murphy es acorralado por la banda, liderada por Clarence Bodicker (Kurtwood Smith) conocido jefe del crimen que disfruta especialmente matando policías. Al momento, tiene lugar la primera y brutal escena con la que Verhoven nos demuestra que esto va en serio: los pandilleros rodean a Murphy y prácticamente lo despedazan a tiros, y luego se marchan. Lewis le encuentra, moribundo, y aunque sorprendentemente consigue llegar al hospital, los médicos no pueden hacer nada por salvar su vida.
Mientras tanto, un ambicioso joven ejecutivo de la OCP, Robert Morton (un estupendo Miguel Ferrer) aprovecha el fracaso de un proyecto de robot policia, el ED 209, que dirigía el videpresidente de la compañía, el astuto Dick Jones (Ronny Cox). Morton consigue que su proyecto Robocop vea la luz, sustituyendo al ED 209, y para ello utilizan el cuerpo del agente fallecido Murphy, le borran la memoria y reestablecen sus funciones vitales, metiéndole dentro de un traje de titanio y kevlar virtualmente indestructible, con una programación clara: defender la ley, a toda costa. El proyecto funciona, y en pocos días, Robocop limpia las calles de maleantes con eficacia, pero cuando su antigua compañera le reconoce, el alma humana que todavía late dentro del metal comienza a recordar que una vez fue un hombre... poco a poco, toma conciencia de si mismo, y termina por ignorar su programación cibernética y lanzarse a una venganza contra los hombres que le "mataron". Pero eso va a ser más difícil de lo que piensa, puesto que el verdadero jefe de dicha banda es uno de los altos cargos de la OCP...

Robocop en acción

Desde el principio, asistimos a un futuro negro, sucio y lleno de corrupción, violencia y burocracia. Las compañías privadas se han hecho con todo, cárceles, hospitales, policía, lo dominan absolutamente todo, y solo se molestan en mirar por sus beneficios. Controlan, además, los medios de comunicación (impagables los noticiarios y la publicidad que aparece en estos) y su única meta, el motivo de que se construya Robocop, es limpiar las calles para construir una Nueva Detroit, una ciudad de lujo. Los criminales y los crímenes desaparecerán, pero también los pobres, y todos aquellos que no tengan un cierto nivel de vida.
Robocop, por su parte, es un ser cibernetico con una programación, sin recuerdos de su vida anterior, pero que los recupera, gracias a su compañera y a su encuentro con uno de sus asesinos. Es emotiva la escena en que visita su casa, ya abandonada, y va "reproduciendo" fragmentos de su memoria, de su vida familiar.
Robocop es un ser legendario desde el momento de su creación. Tenía que ser, según Verhiven, "potente, elegante, electrónico y real" contradictorios adjetivos que se cumplen. Adorado por los medios de comunicación, que dan amplias noticias de sus actos contra la delincuencia (como no, siendo los medios de comunicacion una herramienta de la OCP) también es un ser torturado, un hombre lobotomizado y convertido en robot que consigue sobrevivir a una muerte brutal (Verhoven quería que la muerte a tiros fuese realmente horrible, para así experimentar mayor grandeza en su resurrección) y se da cuenta de que ha perdido su identidad, su antigua vida. Su esposa y su hijo se han ido para siempre. Así que se enfrenta a lo único que puede enfrentarse, a sus asesinos. Busca cumplida venganza (no exenta de violencia y gore). De hecho, la película es bastante exagerada: ya la muerte de Murphy es muy sangrienta, pero posteriormente, la muerte del ejecutivo a manos del ED 209, la de los malos (el que recibe un baño de ácido y es posteriormente destrozado por una furgoneta es impresionante). Una vez muertos sus asesinos, Robocop (tal vez) pueda volver a ser Murphy de nuevo.
La película cuenta con dos secuelas, la primera, Robocop 2, es un comic de accion hiper violento, guionizada por Frank Miller, con mucha mala leche y humor negro, en absoluto despreciable. Robocop 3, por el contrario, además de hundir la prometedora carrera de su director, Fred Dekker, y de no contar ya con Peter Weller tras el traje, tiene una trama estúpida que intenta ser más comercial, convirtiendo en Robocop en "salvador de los pobres" y dandole una nueva aliada, una niña repelente experta en ordenadores que todo espectador desearía poder asesinar.
La película de Verhoven, sin duda, un clásico de la ciencia ficción. Inolvidable.

Carretera perdida



David Lynch, autor de joyas como "Terciopelo azul" o la serie Twin Peaks, y en los noventa comenzó a hacer películas deudoras de su ópera prima "Cabeza borradora". Es decir, películas raras, incoherentes, a veces sin ninguna lógica, bizarras, sin sentido... y fascinantes. Carretera perdida fue una de ellas, probablemente la más críptica y extraña. Tiene tantos admiradores como gente que la odia profundamente, no parece existir término medio. Contando con la música de su compositor habitual, Angelo Baladametti, y como actores, Bill Pullman, Patricia Arquette, Baltazar Ghetty, Robert Loggia y Robert Blake.
Todo comienza cuando un apático saxofonista, Fred Madison (Pullman) que está solo en casa, recibe un extraño mensaje en su contestador: "Dick Laurent está muerto". Eso es todo, a partir de ahí comienza la caída en picado. Fred tiene una esposa, René (Arquette) morena y guapa, de la que siempre se siente terriblemente celoso. Una mañana, encuentran en el buzón una cinta donde alguien se limita a grabar el exterior de la casa. Durante una fiesta, Fred ve a un extraño hombre pálido que parece saber algo sobre él, y que le causa una terrible sensación... poco después, reciben otra donde les graban en su dormitorio. Llaman a la policía, que no saca nada en claro, pero promete protegerles. Poco después, sin embargo, René aparece muerta, y parece ser Fred el culpable.
Es sentenciado a muerte, pero mientras espera en su celda del corredor de la muerte, desaparece, y en su lugar aparece otro hombre, Pete Dayton (Ghetti). Aquí comienza la paranoia. Es imposible, ¿como se han cambiado esos hombres? ¿Donde está Pete? lynch, sin embargo, nos conduce en la historia por los cauces que a él les interesan. Pete resulta que es mecánico en un taller, y vive con sus padres. Según parece, desapareció semanas atrás. Es devuelto a su vida, y en el taller se hace amigo de un mafioso, el señor Edy (Loggia) cuya amante resulta ser un clon IDENTICO de René, excepto en el pelo, la "nueva" Alice, es rubia. Pronto, Pete y ella se enrrollan, y traman un plan para deshacerse del señor Edy (que no es más que un alias, su verdadero nombre es Dick Laurent... ¿os suena?)

El "hombre misterioso" que amargará la existencia a Fred

Todo esto es solo el principio. La película se vuelve por momentos más surrealista. No hay lógica, no hay línea argumental, ni empieza, ni termina. Pasan cosas, algunas sabemos y entendemos, otras, no. Los personajes pululan por la historia en silencio, cumpliendo su función, pero el público, muchas veces, no lo entiende. Un desaforado viaje a los infiernos personales de alguien (de Madison o de Dayton). En realidad, se le han dado muchas, muchas interpretaciones a este film. Desde la típica historia de un músico que vende su alma al diablo (en este caso, a cambio de venganza por los cuernos que le pone su mujer) a la teoría mas extendida entre los fans de Lynch, la de la fuga psicogénica. Parece ser una enfermedad psicológica real, que se ha dado muy poco. Según esta teoría, Fred ha matado a su esposa por celos, y es condenado a muerte por ello. Su instinto de culpabilidad le destroza, se vuelve loco, no puede aguantar la idea de que ha matado a su mujer y va a ser condenado a muerte en la silla eléctrico. Por ello, su mente se desdobla, se convierte en un esquizoide con múltiples personalidades y se crea, dentro de su mente, otro mundo paralelo donde las cosas son como a él le gustaría que fueran: "su" mujer le ama, consigue venganza contra Dick Laurent, todo va bien. Pero hacia el final, va siendo progresivamente consicente de la verdadera realidad que le rodea, lo que causa todas esas paranoias en los últimos minutos del filme...
El interesante personaje, llamado simplemente "Hombre misterioso" que interpreta Robert Blake, podría ser, según la teoría, algo distinto. Desde el diablo que ha comprado el alma de Fred y quiere cobrársela hasta su propia conciencia, su "alarma de realidad" que intenta hacerle "despertar. Hacia el final de la película, así parece querer indicárselo, respecto al personaje de Arquette. "No se llama Alice, se llama René. Si alguna vez te dijo que se llamaba Alice, te mintió".
Estrenada la película, Lynch tuvo que soportar muchas pullas. La gente la odiaba, no la comprendían, el público la aborrecía. No es una película que explique cosas, no es para todos los paladares, simplemente propone un juego, puedes aceptarlo, entrar en él y dejarte llevar por sus misterios, o mirar la película con los ojos de la lógica y aburrirte sin entender nada. Sin embargo, la crítica se mostró mucho más benigna de lo habitual, y hoy la película tiene muchos fans... casi tantos como detractores.
En resumen, un saxofonista que (quizas) ha vendido su alma al diablo tras matar a su mujer, y que (quizas) desaparece de su celda y en su lugar aparece otro joven que conoce a una joven fascinante y atractiva, con la que se liará para matar al tal Dick Laurent que (quizá) metió a su mujer René en el mundo de la prostitución... Lynch ha vuelto a dirigir otra película realmente extraña e incoherente "Mullholland Drive" que obtuvo bastante más exito. Con todo, a día de hoy Carretera perdida está considerada una de las mejores películas de Lynch, críptica, ilógica y fascinante. Si os gustan las películas complejas y los misterios sin explicación, no deberías dejarla pasar.

Razas de noche



Tras el relativo fracaso (creativo) de "Hellbound, Hellraiser II" Clive Barker decidió volcarse en otro proyecto personal, la adaptación al cine de su novela "Cabal". Por desgracia, para ello trabajaría con un gran estudio, la FOX, y torpedearían el proyecto casi desde el principio, despedazando la película de tal manera que lo que conocemos no es más que un mero esbozo de lo que Barker quería hacer. Aún así, es muy interesante de contemplar, esta "Razas de noche".
Un joven perturbado que lleva toda su vida entrando y saliendo de sanatorios mentales, Aaron Boone (correcto Craig Sheffer) ha conseguido por fin algo de estabilidad en su vida, gracias a su novia, Lori, y a su psiquiatra, Decker (un David Cronenberg ENORME) que ha conseguido "curarle". No obstante, una mañana Decker le llama a su consulta y le explica que la policía le ha consultado acerca de unos terribles asesinatos de familias cometidos por la zona, que coinciden con fantasías que Boone le contó durante sesiones de hipnosis. Al saberse culpable, Boone se aisla de todo y se vuelve un drogadicto. Finalmente intenta suicidarse, pero solo consigue que le lleven a un hospital para recomponerse. Allí conoce a otro chiflado, Narcisse, que espera "que le lleven" a un lugar llamado Midian, habitado por monstruos que le "perdonarán sus pecados". Boone se interesa mucho por el lugar, y al darse cuenta de que su psiquiatra le ha delatado y le van a llevar a la cárcel, escapa y se dirige a Midiam, que resulta ser un lugar real, un enorme cementerio barroco, en una ciudad medio abandonada. Allí se topará con dos seres monstruosos que tratarán de devorarle, y que le dicen con desprecio que es inocente de los crimenes de los que se le acusa.
Uno de ellos le muerde, pero el otro se apiada de él, y le ayuda a escapar. En el exterior, le acorralan las autoridades, y tras descubrir que Decker no es su benefactor, sino el verdadero asesino que le ha traicionado, muere en un espectacular tiroteo. Aunque esto le es comunicado a Lori tiempo después, el cuerpo de Boone desaparece del depósito, y es aceptado entre las "Razas de noche" que viven en el subsuelo, bajo las tumbas. Lori, por su parte, se dirige a Midian con la esperanza de averiguar que llevó allí a su torturado novio, y Decker, por su parte, sabiendo que Boone ha vuelto de entre los muertos, la sigue para descubrir su escondrijo, y matarlo...
Barker trató de dar a su película un tono de "película épica de terror". A ello contribuye la banda sonora de Danny Elfman, oscura y similar a la de BATMAN, de Tim Burton. La historia del pueblo oprimido y diezmado que se oculta, a la espera de la llegada de un salvador que les saque de nuevo a la luz y derribe a los injustos, el hecho de que aquí, los monstruos no son intrinsecamente malos, solo se defienden. Los que atacan son los "humanos" exteriormente normales, desde ese absolutamente desquiciado David Cronenberg como un psiquiatra supeditado a otra identidad, oculto bajo una máscara, hasta un grupo de policías que se dedican a tirotear y matar a las Razas de noche simplemente por racismo, son diferentes, son raras, ergo, son una amenaza y hay que erradicarlas de la faz de la tierra.

Boone es aceptado entre las razas de noche

Durante el rodaje, los productores pusieron freno a Clive muchas veces, pero la verdadera masacre llegó en la sala de montaje, donde cortaron la película a su gusto, añadiendo escenas para hacerla más comercial y quitando bastante gore y sexo (la escena entre Boone y Lori en la celda era, en la novela, bastante más gráfica). Por lo tanto, la crítica ya se lo estaba esperando, y cuando Razas de noche fue estrenada, la destrozaron. Fue un fracaso en las pantallas de cine, pero alcanzó un éxito considerable gracias al boca a boca, en su edición en vídeo y en algunos pases televisivos (recuerdo uno en Antena3). Siempre se ha hablado de secuelas (de la novela) y de un Director's Cut de la película en DVD, que recupere el metraje desechado y acerque la película a lo que Barker quería mostrarnos. Mientras llega (si llega) tenemos una película sugestiva, muy interesante, con un final quizás demasiado comercial (el del libro, mucho mejor) pero en suma, válida. Sectas de deformes que viven bajo tierra practicando extraños ritos, asesinos en serie disfrazados de respetables psiquiatras, policías que no son más que carniceros con placa, un supuesto salvador del pueblo de Midian que es un individuo torturado y ansioso tanto de cometer pecados como de que se le perdonen... no es la mejor película de Barker, no es una obra maestra, pero es una gran película.

Mad Max



Película australiana de impresionante éxito, dirigida en 1979 por el desconocido George Miller, y protagonizada por el joven y desconocido Mel Gibson, en la película que le dio la fama. Un filme sencillo, con aparatosos accidentes de tráfico, pero pocos inconvenientes más, rodada en agrestes parajes australianos, con un presupuesto reducido. Contó con dos secuelas (mi preferida es la segunda parte, aunque esta primera también es genial) a partir de las cuales, la figura de Gibson quedó más engrandecida. Su director, George Miller, no realizó muchas películas destacables fuera de su saga post apocalíptica, siendo digna de mencionar "Las brujas de Eastwick" con un cabroncete Jack Nicholson como diablo cachondo y seductor que se dedicará a perseguir a tres insatisfechas amas de casa de un tranquilo pueblecito americano, con funestas consecuencias.
Max Rockatansky es un joven y prometedor agente de policía, en un futuro no muy lejano en el que las calles se han llenado de delincuentes y de bandas motorizadas que imponen su ley y siembran el terror como piratas de carretera. Durante su turno, él y su mejor amigo, Ganso, son encargados de perseguir a uno de esos chiflados, que completamente enloquecido, siembra el pánico conduciendo su coche a toda velocidad. Max consigue reducirle, y el loco, que se apodaba a si mismo "El Jinete nocturno" muere en el aparatoso accidente que se sucede.
El único alivio de Max a toda esta violencia es volver a casa por la noche con su esposa Jessie y su hijo de corta edad. Pero Max está cansado de todo esto, y aunque en la policía le "recompensan" con un gran coche, el Interceptor, para que no se marche, un día llega la gota que colma el vaso: una pandilla de degenerados raptan y violan a una pareja. Aunque Max no lo sabe, son amigos del Jinete Nocturno. Más tarde, la chica se niega a comparecer en juicio por miedo, y los degenerados quedan en libertad, pero ahora saben que Max y Ganso fueron los asesinos de su líder, y pronto se vengarán matando a "Ganso"... destrozado, Max coge a su familia y se marcha al campo, en un intento de huir de la locura de la ciudad, pero los antiguos compañeros del Jinete Nocturno no han dicho su última palabra...

Max y su amigo el Ganso intentan hacer cumplir la ley

Una violencia desaforada, exagerada. La pandilla de sádicos degenerados que cruza las carreteras australianas imponiendo su ley (que es la ley de no tener ley en absoluto) viola, roba, mata a su antojo, y cuando son detenidos, no tardan ni dos días en salir de los juzgados, debido al miedo de sus víctimas a declarar contra ellos. Incluso cuando los jefes de policía, hartos de las injusticias, dan a sus hombres la libertad de actuar al margen de la ley, el salvajismo de los forajidos es demasiado para unos hombres que toda su vida han intentado defender la justicia.
Solo cuando Max "el loco" entra en acción, tienen esos hombres que empezar a tener miedo...
La película fue un éxito en todo el mundo (el presupuesto era de 350000 dolares, y recaudó 100 millones) aunque tuvo algunos problemas con la censura: así, aún en nuestros días, la película está prohibida en Suecia, en Francia se estrenó como película X e incluso en España se le estampó en la caratula una S, célebre letra con la que se "marcaban" películas eróticas o extremadamente violentas (sic). De las dos secuelas, la segunda es claramente la mejor, "Mad Max 2, el guerrero de la carretera" y la tercera era ya un producto mucho más comercial, donde Max era suavizado y presentado como un héroe "Mad Max, Mas alla de la cúpula del trueno". La original marcó escuela, desarrollando el subgénero de "moteros", de violentas pandillas y de policías al margen de la ley, de futuros "no muy lejanos" donde los criminales hacen de las suyas sin que la ley pueda impedirlo. Clásica.

Re-Animator



La Empire, compañía de cine de serie B creada en los ochenta por los hermanos Band, no podía haber pedido mejor película para despegar y hacerse un nombre. Aunque, lamentablemente, su futuro no fue muy bueno, haciendo siempre las mismas películas y más secuelas de estas, hasta que quebró y se reagrupó en la Full Moon (que siguió con los esquemas de repetición, y continua hoy en día haciendo peliculas que solo se ven en EEUU en DVD o en television por cable) Empire puede contar en su haber con varios títulos interesantes, casi todos de Brian Yuzna o Stuart Gordon.
Re-Animator fue una idea de Stuart Gordon, hombre de teatro, para crear una serie de televisión sobre las sangrientas aventuras del doctor Herbert West, en su obsesión por vencer a la muerte. Dicho personaje, creado por Lovecraft, y sus tropelías gore, no fueron bien vistas por la televisión, y el canal que pensaba producir la serie se echó atrás y fichó a Steven Spielberg para la sosa serie "Cuentos asombrosos".
Gordon decidió que el proyecto cuajaría mejor en una película cortita de cine, que si tenía exito siempre podría tener secuelas, y se alió con el entonces inexperto productor y fan absoluto del cine fantástico Brian Yuzna. Juntos acudieron a Empire, que aceptó a producirles la película... y acertaron.
Con un presupuesto muy reducido (de hecho, no hay exteriores en el filme) y unos efectos especiales tan caseros como bien logrados, impresionantes, la película apunta por la casquería, pero también por el suspense en algunas escenas, como el ataque del gato en el sótano. Los actores que la protagonizaron, Jeffrey Combs, Barbara Crampton y David Gale, se convirtieron en auténticos mitos de videoclub de fin de semana, quedando encasillados en producciones Empire...

Herbert West, reanimador

El filme comienza con un prólogo en Suiza, donde el prestigioso doctor Gruber muere tras un experimento fallido que solo conocía su ayudante, el joven y tétrico Herbert West (Jeffrey Combs) que inicialmente es acusado de matarle. No obstante, logra evitar ser encarcelado y se dirige a Estados Unidos para estudiar en la prestigiosa escuela Miskatonic, llevando consigo un suero fluorescente en fase de pruebas, creado por su antiguo jefe, que revive el tejido muerto... con ayuda de su compañero de cuarto, Dan Cain (Bruce Abbot) un joven y prometedor médico a punto de casarse con su novia, Megan (Barbara Crampton) llevará a cabo sus experimentos con cadáveres del hospital. Las cosas, como estipulan las leyes del género, se les escaparán de las manos, deviniendo en una orgía gore de bajo presupuesto...
Sorprende, ante todo, lo "sana" que es la película, tomándose las cosas son un sentido del humor (negro) del que carecen la mayoría de las películas gore. Este género se mida por la cantidad de tripas y litros de hemoglobina vistos en cada plano, pero Re-animator posee una historia (fascinante) y unos personajes casi complejos. Los jóvenes que salen en esta película no son los típicos niñatos "made in Viernes 13" sino estudiantes universitarios de alto nivel intelectual, y su oponente, el sádico y perverso Doctor Hill, es un genio a su manera, aunque desquiciado. La película agrupa un número de escenas míticas importante, desde el prólogo al ataque del gato resucitado en el sótano, los primeros usos del suero en personas y sus resultados, el doctor Hill siendo decapitado, su posterior resurrección y su escenita en el depósito de cadáveres con Megan secuestrada (la más celebre de la película, claro). El final es casi comedido, rodado en medio de un ligero humo. Y respecto al plano final... mítico. Más vale zombie que muerto.
Jeffrey Combs quedaría para siempre atrapado en el papel de siniestro científico, y su Herbert West ha pasado a ser una figura tan icónica como Freddy Krueger: un científico genial, con un negro sentido del humor, y que, como un Frankenstein moderno, lo sacrificará todo en aras de lograr sus objetivos: vencer a la muerte. Un propósito tan, en principio noble y altruista se convertirá en un recital de horrores ante la amoralidad de West, que más parece querer ascender a un estado de conocimiento superior, y utilizar sus logros para "ser Dios" que para salvar vidas de manera altruista.

West habla con el doctor Hill como si tal cosa

Clásico de la serie B, de parada obligatoria. Se respira un sano sentido del humor, una película rápida y entretenida, todo un mito en su época. Cuenta con varias secuelas, la primera "La novia de Reanimator" dirigida por el padre putativo de la primera, Brian Yuzna, nos presenta de nuevo a Combs y a Abbot en sus papeles de West y su eterno ayudante, Dan, ahora se han trasladado a la guerra para nutrirse de una buena cantidad de cadáveres frescos con los que llevar a cabo sus experimentos. Cuando regresan a Miskatonic, los recelos de Dan son cada vez mayores, pero West tiene un as en la manga: guarda una serie de órganos de Megan, la fallecida amada de Dan (el corazón y el cerebro) y está dispuesto a "crearle" una novia a su compañero, con tal de que este siga ayudándole. La cabeza del doctor Hill todavía anda por ahí, y no será ajena a lo que sucede en el hospital...
De producción española (con aparición de Elsa Pataky y Santiago Segura incluidas) es "Beyond Reanimator" bastante más paródica y mal parada. Yuzna y Gordon amenazan con rodar más secuelas próximamente, la primera de las cuales sería "House of Reanimator".

Rojo Oscuro



Dario Argento es, hoy en día, uno de los directores de cine de terror más prestigiosos, y uno de los directores de cine italiano más conocidos. Deudor de maestros como Ricardo Freda o Mario Bava, el cine de Argento es algo más simplista que el de aquellos, pero no deja de ser muy interesante, especialmente las dos partes de la trilogía de las Madres, y el film presente.
Situémonos: 1975, Italia. Hasta el momento, Argento ha rodado tres películas "con título de animal" sobre psicópatas: El pájaro de las plumas de cristal, El gato de las nueve colas y Cuatro moscas sobre terciopelo azul. En las tres, se presenta una situación (un chantaje o un asesinato) que debe ser resuelto por alguien que tiene algún detalle sobre el crimen que no logra recordar. Alguien que se obsesiona con el crimen, investigándolo, que es a la vez presa y potencial víctima. Al final, las películas tenían resoluciones muy simples, donde los motivos de los asesinos casi siempre eran traumas infantiles del estilo de "Psicosis".
En Rojo Oscuro, Argento lleva hasta los límites todas sus constantes anteriores, detallando todas sus obsesiones, todos sus motivos, para centrarse, a partir de su siguiente film, la grandiosa "Suspiria" en un cine más fantástico que "racional" con brujas, infiernos, y demas. Posteriormente volvió a las películas de asesinos más normales, pero su cine ya estaba "marcado".
Rojo oscuro nos cuenta la historia de dos amigos, Marcus y el borrachín de Carlo, que una noche, en una calle desierta, contemplan un asesinato por una ventana. Marcus descubrirá el cadáver y se obsesionará con el crimen (la víctima era una medium que poco antes había augurado la presencia de un asesino durante una sesión) y con un cuadro que vio en la casa, y que posteriormente parece haber desaparecido. Con ayuda de una periodista, inicia unas pesquisas que le llevan a descubrir un libro, "la leyenda de la casa del niño que gritaba". Marcus trata de hablar con la autora, pero esta es asesinada. En el libro halla una foto de la casa, y al visitarla descubre un dibujo infantil en la pared que muestra un crimen, y descubre un viejo cadáver momificado tras una pared tapiada.
Acuden a los archivos de una vieja escuela, con la esperanza de averiguar quien fue el niño autor del dibujo, y por lo tanto, el asesino. La periodista es atacada cuando descubren que el autor de dibujo es Carlo, el amigo de Marcus, pero este se da cuenta de que su amigo no pudo cometer los crímenes, pues estaba con él mientras presenciaban el primero...

Aquí falta un cuadro

Crimenes, temas parapsicológicos, y hasta la vieja leyenda de la casa encantada tienen lugar en "Rojo oscuro", con unas muertes visualmente muy hermosas y elaboradas (Argento siempre ha dicho que considera el asesinato en sus películas como un Arte mas) la cámara sube, baja, recoge amplios espacios (la solitaria calle por la que caminan los amigos al comienzo del filme) y Argento mima todos los planos como un artesano, cada movimiento es arte.
No falta aquí el trauma infantil, ya sea en esa habitación del asesino al que no vemos, donde hay muñecas, canicas y cajas de música, o directamente, la figura de Carlo, cuyos motivos no revelare para no desvelar el asombroso (aunque lógico) final. También hay algunas escenas muy recordables, como el descubrimiento del cadáver tapiado, o el ataque al detective, que sufre el ataque de un extraño muñeco y después sus dientes son golpeados contra varios muebles.
Sin embargo, lo más atrayente es la fascinación del protagonista por el crimen. Como el Sam Dalmas de "El pajaro de las plumas de cristal" o el Frank Arno de "El gato de las nueve colas" Marcus es un hombre del que conoceremos pocos datos (es pianista) que se verá involucrado en un crimen que le obsesionará, haciéndole correr grandes riesgos, y del cual tiene un detalle vital que no consigue recordar (el cuadro desaparecido).
Rojo Oscuro es un film bisagra, que divide la filmografía de Argento. A partir de ahí, reincidiría varias veces en un cine mas fantastico, hasta "Phenomena". A partir de ahí, volvería a dar un paso atrás, hacia un cine más simple, más engañoso, pero ya sin dejar de ser un cine visualmente elaborado e impactante. Con todo, aunque solo sea por este y los dos filmes que le sucedieron en su filmografía, Argento siempre tendrá un hueco en el panteón de los grandes autores del cine fantástico...

Phantasm



En 1979, el mercado del cine de terror empezaba a llenarse de asesinos enmascarados que portaban armas cortantes, en busca de jovencitas de buen ver a las que trepanar, debido a la influencia (enorme) de la película estrenada un año antes, "La noche de Halloween" de John Carpenter. Nada que objetar, este periodo es bastante rico en películas muy recomendables, y no sería hasta la segunda mitad de los ochenta que el subgénero empezaría a oxidarse, perdiendo ya cualquier interés a principios de los noventa.
Don Coscarelli es un director atípico. Tan atípico, que muy pocos le conocerán. A algunos les sonará su nombre, pues es el creador de una saga de espada y brujería de serie B "El señor de las bestias" con Marc Singer de protagonista (el líder de la resistencia contra los lagartos en V). Pero la mayoría de los aficionados al cine fantástico le conocemos por la más rara película (y saga, aunque esa es otra historia) que ha existido: Phantasm, o Phantasma, como se la estrenó en nuestro país. Una historia concisa, de corta duración, muy pocos actores, escenarios repetitivos, pero bien utilizados, y unos efectos especiales tan imaginativos como escasos. Una película, en suma, que sale triunfando, aunque para muchos fans más "modernos" (de esos que dicen que su película favorita es Scream de Wes Craven) ha envejecido fatal y es una historia absurda.
Absurda puede que si sea, y de hecho lo es, pero esto no la perjudica, al contrario, la beneficia y MUCHO. Es una película que no tendría cabida en nuestros días, no solo porque el cine casero de bajo presupuesto ya no existe, sino porque cuenta una trama ilógica y rara, y estamos actualmente, en una etapa políticamente correcta en la cual, el espectador exige que todo misterio quede perfectamente explicado al final. Y ese es el problema, que entonce,s los misterios dejan de serlo, y no interesan a nadie. En Phantasma, tenemos una buena serie de misterios inexplicables y algunos, inexplicados.

Michael ante el misterioso portal de la habitacion blanca

Todo comienza con un rápido prólogo donde un joven es asesinado por la extraña chica con la que estaba en un parque. Chica que, consumado el asesinato, se convierte en un extraño anciano de altura increíble. A continuación, acompañamos a un joven, casi un niño, Michael, de pelo rubio y rasgos gatunos y aniñados, al cementerio, donde acude a ver el entierro del joven asesinado, amigo de su hermano mayor Jody. Tras el funeral, Mike observa como un hombre viejo y alto roba el ataud, metiéndolo en un coche. Desde entonces, comienza a investigar por su cuenta los extraños sucesos que tienen lugar en el cementerio y en la casa que hay en esta, donde habita el guardia, el viejo, el "Hombre alto" como se le conocerá, de expresión severa, avinagrada e inhumana.
La vida de Michael, en el pequeño y casi deshabitado pueblo de Morningside, es bastante rara. Aparentemente no va a la escuela, y se dedica a ir siguiendo por ahí a su hermano mayor Jody, por miedo a que este le abandone, tras la muerte de sus padres, y también a echar una mano a Reggie, el amigo de su hermano, heladero de profesión y futuro protagonista de la saga. Michael acude a la casa de una bruja local, inquieto por lo que ha visto en el funeral. Allí se le advierte que le esperan tiempos oscuros, pero que no debe tener miedo. Mike intenta contar esto a su hermano Jody, pero este está preocupado por la morbosidad de su hermano pequeño, y no le cree. Disgustado y atacado por extrañas pesadillas, Michael se cuela de noche en la casa del cementerio, donde es perseguido por una extraña esfera voladora asesina, y por el "Hombre alto" del que finalmente consigue huir, llevandose consigo varios de sus dedos, que sangran una extraña sustancia amarilla y que más tarde, se convierte en una criatura voladora que les ataca, a él y a Jody. Con ayuda de Reggie se desharán de ella, y más tarde Jody acude a la casa, donde es atacado por una especie de ser enano y monstruoso encapuchado. Huye de la casa y es recogido en coche por Michael, pero son perseguidos por otro coche que parece no llevar a nadie al volante. Cuando consiguen pararlo, descubre que lo conducía uno de los enanos, nada menos que el amigo de Jody enterrado al principio del film, muerto y reducido de tamaño.
Avisan a Reggie para que les ayude, pero es capturado. Jody encierra a Michael en la casa y se va a por el hombre alto él solo, pero Michael logra huir y descubre, en la casa del cementerio, una habitación blanca donde hay un extraño portal a otra dimensión, de mayor gravedad y temperatura, donde son enviados los muertos como esclavos, previa reducción de su tamaño para que puedan soportar las condiciones de ese otro mundo...

Michael ve al Hombre Alto en sueños... ¿o no son sueños?

Una simple sinopsis ya puede hacer comprender a quien no la haya visto que está ante una película realmente única, irrepetible y extraña. Morningside es casi un mundo paralelo, de escasos habitantes y donde no parece haber ningún tipo de ley, los hermanos se enfrentan al asunto sin mencionar siquiera la palabra policía, y nuevos personajes pueden ser presentados sin previo aviso para ser utilizados solo en un par de escenas, como las chicas que conducen a Michael a su tienda, donde este verá una foto muy antigua donde aparece el hombre alto...
Los mayores halazgos del filme se centran en este ser, y en sus iconos. Para empezar, este ser no es del todo humano, puede cambiar de aspecto e incluso de sexo a conveniencia, es inmortal y ubicuo, un embajador de otro mundo en la Tierra, resucita y reduce a los muertos para enviarlos a su mundo como esclavos. Poderoso, maligno e indestructible, de dosificadas apariciones, siempre misteriosas, como una presencia que lo controla todo en la sombra, sin intervenir, salvo cuando se hace necesario. Su físico se lo pone el actor Angus Schrimm, que había participado con Coscarelli enn un proyecto anterior, quedaría inevitablemente encasillado en su papel y lo interpretaría en las tres secuelas posteriores (hay quien dice que está una más por venir, que cerraría la saga).
El segundo punto fuerte de Phantasm son las esferas plateadas, instrumentos del Hombre Alto para dar caza y muerte a los intrusos. El ajustado presupuesto solo permitió mostrarlas dos veces, pero quedan convincentemente retratadas como armas mortales, que pasaron al panteón de otros instrumentos similares, como la garra de Freddy Krueger o la caja Puzzle de Hellraiser. Tampoco es nada despreciable la visualmente increíble "habitación blanca" ocupada por barriles llenos de enanos, preparados para ser enviados como esclavos a la otra dimensión, y dos extraños pilares plateados, que resultan ser el portal al mundo del hombre Alto.
Bizarra, surrealista, mezcla el terror con una ciencia ficción de andar por casa y fantasía. Rocambolesca historia de final más que sugerente, que nos presenta un mundo tan incoherente (ese pueblo que casi parece de otro planeta, similar a este, pero de reglas distintas) se ha convertido en una pieza clásica del cine de serie B de la época, muy bien resuelta y todo un éxito en su día.
Coscarelli se ocupó el mismo de la creación de las secuelas, algo estimable, aunque ninguna de ellas destaca por si misma, es de agradecer que ninguna trate de copiar a la primera. La secuela "Phantasma, el regreso" nos habla de como Michael ha sido internado en un manicomio (ahora interpretado por otro actor, curiosamente) y como el Hombre Alto acaba con la familia de Reggie, por lo que este y Michael tramarán una venganza y buscarán al Hombre Alto por todo el país, en poblaciones que han caído en desgracia. La tercera "Phantasma, el pasaje del terror" es una puñetera delicia solo por lo rocambolesco y revuelto de su argumento, completamente anti convencional, donde Reggie deberá cuidar de Michael y de otro niño al que han recogido, mientras Mike se reencuentra con su hermano Jody, que es en realidad, una de las esferas del hombre Alto (toma ya). De nuevo, un final abierto, donde todos los protagonistas sufren una muerte casi segura, para rescatarlos en la cuarta y hasta ahora última parte "Phantasma, Oblivion" donde se nos desarrolla la idea de que Michael sea un instrumento del hombre Alto, y no la persona que cree ser. Bastante más fallida, pese a todo, las secuelas (salvo quizá la segunda) escaparon a la moda de asesinos tipo Freddy o Jason, y son lo bastante extrañas. Se viene rumoreando que la cosa se cerraría con la quinta entrega, "Phantasm, The End" pero mas vale que se den prisa, porque el actor Angus Schrimm está en las últimas...
Phantasm, la original, es un clásico de obligada visión para cualquiera. Cualquier aficionado al cine clásico, o cualquier espectador que pretenda serlo, pero no esperéis ver una película de terror convencional, donde todo quede explicado antes de los títulos de crédito... es todo lo contrario.

Vampiros



Tras una etapa algo inestable en los noventa, John Carpenter dirigió la que, para muchos, es su última obra maestra, pues la posterior "Fantasmas de Marte" es estimable, pero demasiado dispersa y en ocasiones, excesiva para poder ser calificada de "obra maestra". Carpenter siempre ha admitido su mayor pasión por el género western, y es más, casi todas sus películas son western disfrazados, desde "Asalto a la comsiaría del distrito 13", un tiroteo eterno a lo largo de una noche de pesadilla entre un pequeño grupo de policías en una comisaría ya clausurada y una horda de pandilleros a los que nunca vemos con claridad, pero que superan en número y armas a los policías, hasta la misma "Vampiros" pasando por el díptico de Serpiente Plissken y la gran "Están vivos".
Vampiros se ambienta en la frontera de EEUU con Mejico, por lo tanto, estamos ante un filme fronterizo, que nos muestra largas carreteras desoladas y paisajes agrestes y rojizos, donde nada bueno puede suceder ni sucede...
Todo comienza con un grupo, liderado por el durísimo y poco dado a finuras Jack Crow (un James Woods en su salsa). El grupo asaltará una casa abandonada en la frontera de Méjico, una vieja granja decrépita... pero no vacía. En realidad, es un nido de vampiros, y Crow y su equipo trabajan a sueldo para la Iglesia, exterminando a estos seres por dinero. No tienen ninguna consideración moral, son tan sucios y violentos como los seres a los que destruyen.
Lejos de los vampiros "made in Sensacion de vivir" propiciados por películas como "Entrevista con el vampiro" (seres torturados, existencialistas y hasta humanitarios) aquí los vampiros vuelven a ser feroces criaturas de la noche, matan, desgarran con uñas y dientes, solo se preocupan por sobrevivir y alimentarse. Crow y los suyos tienen su método para destruir a estos seres: los arrinconan, les disparan gran cantidad de balas (las balas les hacen daño, pero no les matan) les clavan varias estacas, y finalmente les disparan con una ballesta atada a un cable que les saca a la luz del día, donde arden en medio de grandes combustiones. Es decir, los matan a distancia, casi sin mancharse las manos.
Tras el último trabajo, el equipo Crow se refugia en un motel, dispuestos a celebrar por todo lo alto el trabajo, con alcohol y prostitutas en abundancia, pero Jack sigue preocupado porque en el nido no hallaron al líder del grupo (los líderes vampiro son mucho más desarrollados y poderosos que los vampiros normales). Y Jack no se preocupa, porque el líder, un oscuro y demacrado ser, ha sobrevivido, ocultándose lejos de la casa, y de noche va a por el equipo Crow. Sin la luz del sol, no tienen la más mínima posibilidad de acabar con un líder vampiro. El equipo y las chicas son masacrados casi al completo, solo Jack y su compañero, Montoya (Daniel Baldwin) logran huir del motel y conducir a contrareloj hasta que amanece, acompañados de una prostituta a la que el vampiro ha mordido, katrina (Sheryl Crow, la angelical Laura Palmer de "Twin Peaks".

Hambre de vampiro

Tras separarse, Jack acude durante el día al motel, para decapitar a todos sus compañeros muertos, pues podrían resucitar, y luego se reúne con el hombre que les paga el sueldo, un cardenal (Maximilian Schell) que le informa de que han sucedido cosas similares a otros equipos de cazavampiros en Europa, y que el que les atacó es un vampiro de casi mil años, Valek. Crow se va (con la sensación de que no se lo han contado todo) acompañado por un joven e inexperto sacerdote, Adam. Se reúne con Montoya, con la esperanza de que la chica les lleve hasta Valek, pues los mordidos por un vampiro, antes de convertirse, a menudo ven lo que su creador ve. Lo que Jack no sabe todavía es que Valek es mucho más peligroso que cualquier otro vampiro, y que busca una cruz que permitiría a los vampiros andar a la luz del día...
Estamos ante un producto 100% Carpenter, duro, sin florituras de ningún tipo, directo, cuenta lo que quiere contar, y lo critica todo (en este caso, la Iglesia, directamente responsable de la existencia de los vampiros, y dispuesta a todo por tapar su error). Nadie se salva. Hay algún desbarajuste gore, el justo y necesario, pero sobre todo, pervive esa sensación de que contemplamos un viejo western amoral. Ni Jack Crow, a todas luces un asesino a sueldo, aunque sus víctimas sean vampiros, amoral, capaz de maltratar a una mujer herida, a un cura, a cualquiera, malhablado y rebelde, asesinó a su propio padre cuando este se convirtió en vampiro, ni Valek, un antiguo sacerdote que sufrió un injustificado exorcismo por parte de la Inquisición, que le convirtió en vampiro, son distintos. Son dos caras de la misma moneda, y sus métodos no se diferencian demasiado, solo les separan sus intereses opuestos. De hecho, es Crow quien comienza las hostilidades, liquidando a los "hijos" de Valek, y su venganza contra los cazadores es prácticamente legítima. Estamos ante una historia de doble venganza, de hombres (y monstruos) que hacen su propia ley al margen del mundo exterior, que no se detienen hasta conseguir lo que quieren.
Lo único que sobra es la historia de amor, entre Montoya y Katrina, por superficial y tópica, pero afortunadamente roba muy pocas escenas y proporciona, o da paso a otras, bastante afortunadas. Incluyendo el final (que no habría sido posible sin la mencionada historia romántica) un final puro western, donde la amistad acaba triunfando y siendo el único sentimiento que se salva de la amoralidad de los personajes. Final que no desvelaré, pero que es realmente recomendable visionar.
Quien espere ver en "Vampiros" una historia de buenos y malos, saldrá perdiendo. En esta película, no hay bien ni mal, solo unos cuantos hombres (vampiros o no) que se exterminan entre ellos por pura venganza. Quien quiera ver una historia amoral, rápida, violenta, pero no exenta de cierto mensaje, tiene en esta, la última obra maestra de Carpenter (al menos, hasta el momento), esta es su película.