martes, 18 de diciembre de 2007

Piraña



Tras el éxito de "Tiburón" de Steven Spielberg (1975) multitud de productos de todo tipo intentaron copiar su éxito. La mayoría fracasaron burdamente, eran películas extranjeras, hechas con cuatro duros, con un guión calcado al de Spielberg, pero con menos medios y actores terriblemente malos. Solo un número limitadísimo de estas "imitaciones" lograron convertirse en excelentes películas por si mismas. Y el primer ejemplo es "Piraña" de Joe Dante, fechada en 1978.
Hasta aquel día, Dante había sido montador en la New World, modesta productora de cine fantástico, dirigida por el rey de la serie B Roger Corman. En la New World, todo el mundo conseguía tarde o temprano, la oportunidad de dirigir alguna película de bajo presupuesto, y a Dante le llegó la hora con esta joyita. Con un presupuesto algo mayor de lo que solía ser habitual en las películas de New World, y un guión de John Sayles (ambos repetirían en la también magistral Aullidos) contó con actores bastante desconocidos como protagonistas (Bradford Dillman había sido secundario en varias películas de la saga Harry el Sucio) pero con varios secundarios realmente entrañables, como Kevin McCarthy, el protagonista de "La invasion de los ladrones de cuerpos" (también le veríamos en otras pelis de Dante como Aullidos o En los limites de la realidad) la inquietante y siempre bien recibida italiana Barbara Steele, y no olvidar al entrañable secundario Dick Miller, presente en todas y cada una de las películas del director.
Dos adolescentes escapados de casa huyen por la América rural, haciendo autostop. De noche, entran en unas instalaciones militares aparentemente abandonadas, y encuentran una piscina en la que deciden bañarse, pero ambos son asesinados por algo en el agua. Poco después,
una joven cazarecompensas que trabaja para una agencia de detectives, Maggie, contratada por la familia de una chica que se ha fugado con su novio. En su búsqueda llegará a un pueblecito rural donde los chicos han sido vistos por última vez, y con ayuda de un habitante de la zona, Paul, les buscará y llegará hasta las instalaciones militares, donde activan un mecanismo que vacía la piscina en el mar. De pronto, aparece un hombre en estado frenético que trata de impedirlo, pero ya es tarde. Le reducen, y más tarde el hombre dice ser el doctor Hoak, un científico que trabajó en un proyecto secreto que iba a usarse como arma para la guerra de Vietnam, y que consistía en crear un ejército de pirañas voraces, a las que no les afecta el agua salada, y que se reproducen a una velocidad de vértigo... las pirañas se dirigirán a un campamento de verano y a un parque acuático, y la pareja tratará de impedirlo, con ayuda de otra científica (Barbara Steele) que en realidad ha sido enviada a recuperar las pirañas, aunque sea a costa de dejar morir a todos los habitantes de la zona...

La pareja protagonista en busca de las pirañas

Piraña es una película divertida, a ratos inquietante, pero no llega a ser ni una película de terror pura ni una simple comedieta al servicio de parodiar "Tiburón". Por ejemplo, en la primera escena, dos jóvenes son devorados en una piscina, escena que es tratada con respeto, seriamente, para, a continuación, presentarnos en la siguiente escena, a una chica que juega a un videojuego llamado "Tiburón". El terror viene dosificado con momentos de humor, pero también hay en la película momentos crudos y sangrientos (no escatiman ni a la hora de mostrar cadáveres medio devorados, ni a la hora de mostrarnos a decenas de niños atacados brutalmente en el agua de un campamento de verano, niños entre los cuales se halla la hija del protagonista, por cierto). También habla el film sobre la corrupción que impera en el sistema político y militar: el ejército envía a la doctora Mengers para controlar la situación, es decir, para que el secreto no salga de ese pueblo y para recuperar vivas el mayor número de pirañas posibles, y los políticos responsables del proyecto también son accionistas del parque acuático que se va a inaugurar, y no están dispuestos a perder beneficios, llegando a abrir el parque, aunque están sobre aviso de que las pirañas se dirigen hacia allí... por supuesto, el dueño del parque recibirá su castigo al final, a manos de sus propias creaciones.
Piraña fue distribuida por la United Artists, y acabó resultando un éxito en taquilla, aunque los críticos la despedazaron por considerarla una copia, no de Tiburon, sino de "Los pajaros" de Hitchcock, y hasta muchos años espués de su estreno no empezó a ser valorada como se merecía, esta gran joya, una película pequeña, pero a la vez, grande en su modestia, de efectos especiales justos (la película sugiere más que muestra) actores más que correctos, llegando, por ejemplo, Barbara Steele a alcanzar niveles gloriosos (el plano final de la película merece pasar a cualquier antología). En definitiva, un producto ideado para el consumo rápido que acaba trascendiendo de sus objetivos y deviene en una película entretenida, llena de homenajes y con muy bien de ritmo. Totalmente recomendable. A principios de los ochenta se rodó una secuela "Piraña 2, Los vampiros del mar" de producción italiana, donde las pirañas tenían alas y volaban. Fue dirigida por un novato James Cameron, si bien parece que estuvo enfermo durante el rodaje y la película la acabó rodando uno de los productores. Bastante mala, de todas formas. Peor todavía el remake de la original Piraña 95, con William Katt y Alexandra Paul, que ahorra en sangre y violencia, resultando bastante aburrida. Se está preparando otro remake en la actualidad.

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