martes, 11 de diciembre de 2007
La zona muerta
A comienzos de los años ochenta, Stephen King se hallaba en plena época dorada de su carrera. Sus libros se vendían como churros, y las adaptaciones de estos al cine, hasta la fecha, habían sido impecables, y de un modo u otro, éxtiso (Carrie, Salem's Lot y El resplandor). Dino De Laurentiis, un gran productor de Hollywood, compró por esa época los derechos de su novela más reciente "La zona muerta" con intención de adaptarla. Tras varios problemas de guión (Stephen King escribió el primero, y los que lo leyeron aseguran que era francamente horrible) y para encontrar director, se sumó a la proucción Debra Hill, que contrató al gran David Cronenberg parqa ocuparse del filme. Cronenberg supervisó una reescritura del guión a su gusto, y escogió al inquetante Christopher Walken para interpretar a su torturado personaje, Johnny Smith, y se rodeó de secundarios excelentes: Martin Sheen, Herbert Lom, Tom Selleck...
La historia que se nos cuenta es la de un tímido profesor de literatura, Johnny Smith, que está a punto de casarse con el amor de su vida, Sarah Bracknell. Pero una noche, al volver a casa, tras sentir una extraña premonición en un parque de atracciones, sufre un terrible accidente de coche que le deja a las puertas de la muerte. Aunque sobrevive milagrosamente, queda en coma durante cinco años. Cuando despierta, lo hará para descubrir que su mundo se ha derrumbado: no puede andar, ha perdido su empleo, y Sarah se ha casado con otro hombre. Sin embargo, el destino le ha reservado otra sorpresa: tras despertar del coma, Johnny descubrirá que tiene el "don" (aunque él lo considerará durante toda la película una maldición) de ver el pasado y el futuro de las personas y objetos que toca. Con este don advertirá a una de las enfermeras que le cuida en el hospital que su hija se ha quedado atrapada en un incendio, y más tarde reunirá a su médico, el doctor Weizak, con su madre, a la que creía muerta durante la segunda guerra Mundial.
Poco a poco, conseguirá volver a andar, aunque quedará cojo el resto de su vida. Una vez sale del hospital, se refugia en casa con su padre (su madre ha muerto poco antes) e intentará ocultarse del mundo, amargado y torturado por lo que se ha convertido su vida "perfecta". Cuando un policía de Castle Rock (Tom Selleck) le pide su ayuda para atrapar a un asesino de mujeres que asola su pequeño pueblo, Johnny se negará, pero más tarde aceptará. Una vez atrapado el asesino, Johnny decide convertirse en profesor particular, para intentar recuperar algo de normalidad, y salvará a un alumno de una muerte segura. En casa del padre de este chico estrechará la mano de Greg Stillson (Martin Sheen) un ambicioso político que aspira a la Casa Blanca, y verá que este hombre acabará deparando a todo el mundo un futuro fatal...
Lo que más llama la atención de esta película es que parece estar construida con una estructura de sketches, o capítulos independientes: Johnny tiene el accidente, despierta, comprueba poco a poco su poder, luego interviene para coger al asesino en serie, luego intenta advertir a uno de sus alumnos de su muerte inminente, y finalmente se enfrentará a Stillson. Todo ello nos es narrado como si de capítulos separados se tratase, dándole al filme una estructura muy especial.
Ante todo, que nadie se engañe: esta es una película de David Cronenberg, con todo lo que ello conlleva. Aunque aquí no hay sangre, ni repulsivas transformaciones físicas, ni todas esas mutaciones que tanto apasionan al director, se nos presenta a un personaje principal solo, oscuro y torturado, torturado por el poder que posee su propio cerebro, y que él nunca ha querido, como los marginales telépatas de otra película de Cronenberg, la curiosa "Scanners". Lo que se nos narra es un proceso de autodestrucción ( y también de auto conocimiento y aceptación del destino) de un chico que solo quería casarse con la mujer de su vida y ser profesor de literatura, pero se verá abocado a un destino tan grande como incomprendido. Primero, Johnny no comprende sus visiones, le dan miedo (Cronenberg las filma mostrándonos lo tembloroso y debilitado que queda Johnny tras ellas). Poco a poco comprende lo que son, pero las ignora, se esconde, se oculta del mundo y del contacto, no acepta ni comprende su "maldición" que le ha convertido en un ser marginal. Se considera un ser maldecido por Dios, como le dice al sheriff que acude a su casa a pedirle ayuda, pero más tarde, cuando ve en las noticias los terribles crímenes, recapacita y decide ayudar al sheriff.
Es esta parte de la película, el segmento de Castle Rock y del asesino en serie, la que más terror contiene. Las pesquisas de Johnny en un lóbrego puente, o sus visiones de los crímenes (y especialmente, la resolución de estos) son momentos malsanos, inquietantes, que consiguen hacer pasar al espectador unos veinte minutos especialmente desasosegantes. Pero para Johnny, el incidente solo le supone pasar más tiempo en el hospital (recibe un balazo) donde verá a Sarah, al amor de su vida, que ha tenido ya un hijo. Johnny y Sarah pasarán una noche juntos, donde el padre de él constatará tristemente "Es agradable tener una familia en casa". Pero Johnny sabe que esa noche no es el inicio de nada entre Sarah y él, sino todo lo contrario, se está cerrando definitivamente una puerta, es una despedida. Todo empeora cuando el doctor Weizak, que ha estado investigando poderes similares a los de Johnny, le dice que las visiones están afectando a su cuerpo, gastándolo, y que probablemente acabarán destruyendo todas sus energías y acabando con su vida. Esto acaba con las esperanzas de Johnny de, tarde o temprano, volver a llevar una vida normal, y le confirman lo que ya sabe, que le espera una existencia corta y solitaria. En esos momentos vuelve a dar clase, a un muchacho de padre rico con problemas de lectura, y a través del muchacho consigue encontrar algún sentido a su vida. Pero todo se torcerá cuando vea que el chico quedará atrapado bajo el hielo durante un partido de hockey y morirá. Aunque Johnny intenta avisar al padre del muchacho, este se negará a escucharle, pero en el último momento, no permitirá que su hijo acuda al partido. Aunque Johnny le ha salvado la vida, el padre le echa de sus vidas, destrozado por los remordimientos, pues otros chicos han muerto en un accidente que él podía haber evitado.
Durante toda la película se nos han mostrado aquí y allá indicios sobre Stillson, un senador con ambiciones a la Casa Blanca. Su nombre mencionado aquí, un cartel publicitario allá... pero es en casa de su alumno donde conocerá a Stillson (Martin Sheen) un político con el don de la palabra, pero terriblemente corrompido. Cuando Johnny coga una chapa de Stillson, verá algo que no sabe lo que es, algo que él denomina una zona muerta, la cual aparece cuando Johnny tiene posibilidad de cambiar el futuro. Una vez es alejado de su alumno, Johnny se centra en investigar a Stillson, y cuando le estreche la mano durante un mitin político, descubrirá que ese hombre, en su ambición, acabará destruyendo el mundo, o parte de este.
Al final, en la larga carta que Johnny escribe a Sarah, le dice que ahora comprende que todo lo que le ha sucedido tenía un propósito, y que se ha dado cuenta de que sus poderes no son la maldición que él creía, sino un don que le permitirá salvar, literalmente, el mundo, e ironías del destino, nadie nunca lo sabrá, nadie nunca sabrá el porqué de su atentado contra el político, pasará a la historia como un asesino.
Por supuesto, siendo un film de Cronenberg no podía ser de otra manera, la película es triste y deprimente: sucede toda en paisajes helados, cubiertos de nieve, eternamente invernales. Johnny Smith es uno de los personajes más torturados y sufrientes de la historia de su filmografía, pero que al final, devendrá en una figura mártir y se redimirá a si mismo, consiguiendo (de una manera bastante cruel) lo que deseaba.
La película contó, en el año 2000, con una serie de televisión entretenida, pero muy inferior, donde Johnnny se convierte en un ser más simpático y mucho menos solitario y deprimido, habiendo además varios cambios en la historia e introduciendo personajes nuevos (cuando despierta y descubre que Sarah se ha casado, descubre que el hijo de esta no es de su nuevo marido, sino del propio Johnny) y también se fusionan varios personajes. La serie acaba siendo bastante olvidable. La película es otra muesca en la filmografía del canadiense, una historia deprimente, pero a la vez, esperanzadora, que parece intentar decirnos que, por mucho que suframos, al final siempre hay un motivo para todo. Los actores, especialmente Christopher Walken, están excelentes (Cronenberg dijo que quería darle a su Johnny Smith un aura trágica similar a la de la criatura de Frankenstein). Muy recomendable.
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