domingo, 13 de enero de 2008

El pueblo de los malditos



En 1995, John Carpenter recuperaba la perspectiva, tras un periodo incierto. En la primera mitad de los ochenta trabajó para los grandes estudios, y de esa época salieron cosas tan excelentes y recordadas como "La cosa" pequeñas joyas incomprendidas como "Christine" o "Golpe en la Pequeña China" o algunas de sus películas más odiadas, como "Starman" una comedia romántica con pinceladas fantásticas. En 1987 volvía a la serie B con la estupenda "El principe de las tinieblas" y en 1988 prometía seguir esos derroteros en la criticadísima pero brillante, casi visionaria "Estan vivos". No obstante, tras un periodo de retiro, en 1992 volvió al servicio de los grandes estudios para servir una comedieta con Chevy Chase como protagonista y productor, considerada su peor película. Al año siguiente tendríamos noticias suyas mediante una película para televisión, Body Bags, y finalmente en 1995, volverían las cosas a su cauce con esta "El pueblo de los malditos". Basada en una novela de John Whyndam, "Los cucos de Midwich" que ya tuvo su versión cinematográfica en 1960, Village of Damned, una película de suspense en blanco y negro, considerada un clásico menor, por lo tanto nos enfrentamos a un remake.
Lo primero que llama la atención es el grupo de actores, todas viejas promesas de los años ochenta, que fueron momentaneamente rescatados del olvido. Christopher Reeve, el inolvidable Superman en uno de sus últimos papeles antes de tener el accidente fatal, Linda Kozlowski, la periodista sexy de "Cocodrilo Dundee", Kirsty Alley (Runaway, Mira quien habla) o Michael Paré (Calles de fuego, El experimento Filadelfia). En el lado negativo, la banda sonora no le hace justicia a la película, y esta tiene un tono frío y despersonalizado que no suelen tener las películas más personales de su autor. En lo positivo, unos actores adecuados, un guión más que interesante y una dirección correcta.
En el pequeño pueblo de Midwich, todos sus habitantes caen dormidos por espacio de varias horas. El gobierno, al percibirse lo que ocurre, acude al lugar y decide que se trata de algún tipo de gas, ya que esto solo afecta a los que cruzan una línea determinada. Pocas horas después, todo el mundo despierta sano y salvo, a excepción de algunos accidentes (gente que quedó dormida al volante o mientras hacía algún trabajo peligroso). Parece que ha sido un incidente extraño, aislado y sin explicación, pero pocos meses después, casi todas las féminas del lugar resultan estar embarazadas: solteras, viudas, una mujer a la que los médicos le habían dicho que era estéril, otra cuyo marido estaba fuera de la ciudad en el momento en que se supone quedó embarazada, e incluso una chica que jura que era virgen. Una de las embarazadas es la esposa del doctor Alan Chafee, que asiste asombrado a estos hechos. El gobierno, por medio de una ambiciosa agente, Susan Verner (Kirstey Alley) ofrece a todas las familias afectadas una sustanciosa suma y los gastos de los bebés en comida, ropa y demás, si deciden seguir adelante con el embarazo y permite que se haga una evolución de esos niños. Finalmente, todas las mujeres tienen extraños sueños, tras los cuales deciden tener a los niños.
Finalmente, estos vienen al mundo una noche, salvo uno de ellos, que muere en el parto. Con varios meses por delante, se pone de manifiesto que los niños son asombrosamente idénticos, de pelo plateado y ojos azules, y muestran tener ciertos poderes para castigar a quienes les molestan. Mara, la supuesta hija del doctor Chafee, acaba haciendo que su madre se suicide cuando esta le sirve la comida demasiado caliente. A partir de entonces, el doctor desconfía de los niños y comienza a vigilarlos de cerca. Conforme van creciendo, se van apoderando sutilmente del pueblo, y todo quien intenta hacerles daño muere en extrañas circunstancias. Los niños muestran una inteligencia fuera de lo común, y todos están unidos en parejas (son diez niños y nueve niñas). Sin embargo, una de las niñas murió durante el parto, y el que habría sido su compañero, David, al verse desplazado y diferente, comienza a desarrollar sentimientos empáticos y humanos, con ayuda de su madre, Jill, que quedó viuda al morir su marido mientras conducía en las horas en que todos perdieron la conciencia.

El grupo de niños diabólicos

Pronto, los adultos se percatan de que los niños son malignos, e intentan destruirlos, pero solo consiguen ser masacrados y son obligados a suicidarse. Los niños toman Midwich bajo su control y se van a vivir a un gran cobertizo todos juntos. El doctor Chafee se aliará con la doctora Verner, la cual sabe más de lo que dice: según parece, han sucedido cosas similares en otros pueblos aislados, y todos los pueblos acabaron completamente arrasados. Alan decide destruir a los niños malignos, salvando sin embargo a David, para que pueda seguir humanizándose... pero los niños tienen la facultad de leer las mentes.
Yo entiendo "El pueblo de los malditos" como una película que trata sobre quienes son diferentes. Primero, las mujeres embarazadas son diferentes, y semi repudiadas por la comunidad, por la Iglesia, por sus familias (como la mujer cuyo marido estaba en Japón en el momento de la supuesta gestación). La peor parada será la chica virgen, que será también que pierda a su niña en el parto. El pequeño David verá un futuro negro para ella, llegando incluso a intuir que va a suicidarse.
Después, los diferentes son los niños, todos idénticos, de pelo extrañamente blanco, mirada inquietante y una inteligencia y comportamiento que se sale de lo normal en cualquier niño, además, con poder para provocar accidentes y suicidios en aquellas personas que tratan de dañarles. Son un grupo absolutamente unido, piensan igual, visten igual, y marchan igual, ordenadamente en dos hileras. El pueblo les repudiará, tratando de rechazarles primero mediante la violencia, y cuando se pone de manifiesto que son demasiado poderosos, les dejarán hacer, intentando olvidar su presencia cuando se marchan a vivir a un enorme granero.
Por último, es diferente David, el hijo de Jill. Es diferente porque estos niños van en pareja, pero su pareja es la niña que murió al nacer. Mara, la hija del doctor Chafee que es la líder de los niños, le dice a David que sin compañera, debe asumir que es menos importante. David comienza a humanizarse cuando rompe la ordenada hilera para ir a poner flores a la tumba de la niña que habría sido su compañera. Allí se encontrará con el doctor Chafee, que ha ido a visitar la tumba de su mujer. David le dará la mano, mostrando afinidad con él, aunque le advierte que "no se ponga demasiado sentimental". El doctor se aliará con la funcionaria gubernamental para tramar la destrucción de los niños malditos, pero se aliará con la joven viuda, Jill, para salvar a su hijo de la destrucción. Antes ha intentado la vía pacífica, dialogando con su hija y sugiriéndole que podrían convivir en paz, pero la niña le dice que si ellos se pusieran a la par con los humanos, estos acabarían destruyendoles. El doctor tendrá que ingeniárselas para contener en su mente la idea de la destrucción, formando, literalmente, un muro mental...
En resumen, película de aspecto algo frío, con música inadecuada, pero con excelentes actores (Christopher Reeve especialmente, véase el final del filme para comprobarlo) y un guión bien puntuado lleno de temas que la película de los años sesenta no podía tocar, como la religión (el sacerdote del pueblo armado con una escopeta y dispuesto a disparar a los niños) o el feminismo, al ser la niña la jefa de sus compañeros (en el film anterior era un niño, y en la novela, ninguno destacaba sobre los demás). Una pequeña película, no demasiado grande, y nunca destacada entre las grandes obras del maestro, pero lo suficientemente interesante como para disfrutarse sin problema.

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