martes, 8 de enero de 2008

Hellbound: Hellraiser II


Tras el inesperado y rotundo éxito económico de la película de serie B "Hellraiser" los productores de New World, la compañía responsable de la distribución americana de la película, pidieron una secuela rápidamente. El director de aquella, el escritor Clive Barker (la película estaba basada en un libro suyo, "The Hellbound Heart") se negó a volver a coger ni la pluma ni la cámara para la tarea, probablemente ansioso por explorar otros mundos, pero si accedió a ser productor ejecutivo de la cinta, y a sugerir ideas para el guión. Es evidente, visto el producto acabado, que esta película queda en eso, en buenas ideas faltas de desarrolo. Pero no nos adelantemos.
El éxito de Hellraiser aún está fresco cuando se empieza a rodar en el Reinido Unido "Hellbound: Hellraiser II" pero el rodaje tuvo varios problemas, entre ellos, una crisis bursatil que les hizo perder parte del presupuesto. El guión se resintió, tuviendo que reescribirse, además, el actor Andrew Robinson, que había interpretado a Larry Cotton en la primera parte, se negó a participar, pese a que tenía mucho papel en el guión original. La historia, más o menos, queda así:
Han pasado solo unos días desde los acontecimientos que presenciamos en Hellraiser. La única superviviente, Kirsty Cotton, se recupera en el hospital psiquiatrico de Channard, donde contará su experiencia a la policía y al propio doctor Channard. Estos, por supuesto, no la creen, y la internan en contra de su voluntad. Pero el siniestro doctor Channard, director del hospital, conoce la mitología de los cenobitas, está enterado de que toda la historia de Kirsty es real, y pretende acceder al mundo cenobita con una configuración del lamento (aunque, incongruentemente, posee tres de estas cajas). El doctor consigue un colchón de entre los escombros de la casa de los Cotton, el colchón manchado con la sangre de la madrastra de Kirsty, Julia, y sacrificando a uno de sus pacientes, consigue revivirla, si bien en un estado incompleto. Con la promesa de que Julia le iniciará en las maravillas de su mundo, el doctor la provee de la sangre de jovencitas para ir reconstruyendo su cuerpo.
Mientras tanto, Kirsty tiene pesadillas en las que un hombre desfigurado en el que cree reconocer a su padre le pide ayuda desde el Infierno. Por otra parte, sentirá afinidad hacia otra paciente del hospital, Tiffany, una niña muda que no hace más que resolver puzzles. Channard planea utilizar a la niña para que abra la Configuración, ya que él se ha visto incapaz. El ritual se lleva a cabo con Kirsty presente, que ha salido del hospital tras convencer al ayudante del doctor de la obsesión de este. Los cenobitas hacen acto de presencia, pero una vez más, incongruentemente, no utilizan sus métodos para reducir a los prisioneros, y los dejan "explorar" su mundo con libertad. Channard y Julia se adentran en el universo cenobita como alumno y maestra, y Kirsty entra con la intención de salvar a su padre, llevando a Tiffany consigo para poder salir más tarde del lugar. Más, los cenobitas no han olvidado su último encuentro frustrado, y todavía ansían probar su carne...

Frank pide ayuda como puede

La película mezcla una buena atmósfera visual, personajes interesantes, aunque incompletos, y alguna idea bien esbozada, con una gran falta de coherencia con la primera parte y un empeño perjudicial en cargarse la mitología cenobita (dando a estos un pasado humano, e incluso la posbilidad de redimirse). El primer ejemplo, al principio de la película: al final de Hellraiser, la casa de los Cotton había quedado reducida a escombros. Bien, pues aquí la casa solo está ligeramente dañada, pero se conserva entera para que se pueda encontrar el colchón sobre el que murió Julia, el dichoso colchón sobre el que girará la mitad primera de la película. También resulta ridículo que Channard tenga tres cajas, tres Configuraciones, cuando de sobras es sabido que solo existe una, que no se trata simplemente de un artículo de coleccionista del que queden unas pocas copias, sino de una pieza única que solo cae en manos de las personas que anhelan más ardientemente probar sensaciones de más de tres dimensiones. Tampoco es muy creible que tenga dibujos de los cenobitas, a los que se supone, nadie ha visto y ha vivido para contarlo.
También los mejores personajes, Channard y Tiffany, están superficialmente pincelados. Son personajes interesantes, pero no llegan a cuajar. ¿Porque Tiffany hace puzzles continuamente? ¿Que trauma le impide hablar? ¿Realmente mató a su madre? Y el doctor Channard, uno de los más respetados cirujanos y psiquiatras del mundo, un ocultista aficionado, y en el fondo, un ser pusilánime, cobarde e incluso conservador, que quiere escapar a toda costa de este mundo no porque busque otros placeres y conocimientos, sino simplemente porque está constantemente mortificado al no encajar en este.

Julia guía a Channard por el mundo cenobita

Julia se erige como el personaje más interesante. Si en la primera parte era víctima y a la vez verdugo (víctima de los manejos y engaños de Frank, y verdugo de los hombres que mata para restaurar a su amante) aquí es directamente la mala de la película, más experimentada y sabia tras sus experiencias en el Infierno, y ha realizado un curioso pacto fáustico para cobrarse su venganza respecto al personaje de Frank, que aquí apenas sale, y quedará nuevamente desfigurado y convertido en una masa de músculos sangrantes.
Respecto al mundo cenobita, es una especie de circo ambulante del Infierno lleo de monstruosidades, algo muy alejado de lo que podía imaginarse en la primera parte. El mejor infierno, paradojicamente, resulta ser el de Frank, un hombre adicto a las sensaciones fuertes encerrado por toda la eternidad solo en una habitación, rodeado de tentaciones que desaparecen en cuanto se acerca...
Un final precipitado, incoherente y nefasto, personajes interesantes no desarrollados y ciertas licencias con respecto a la película original en el lado negativo. Una atmósfera inquietante conseguida, una extensión adecuada del interesante personaje de Julia y algún detalle de los personajes nuevos (Channard y Tiffany) en el lado positivo. Al menos, Hellbound es una película atmosférica y se toma en serio a si misma, cosa que no suceería en las siguientes secuelas. De todas formas, los productores habrían acertado quedándose solo con la primera parte.

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