domingo, 13 de enero de 2008

Los viajeros de la noche



Eric Red es un reputado guionista del fanástico, como ha quedado reseñado en "Carretera al Infierno". Suyo es el guión de esta pequeña joya, Los viajeros de la noche. La directora, Kathryn Bigelow, ha llevado a cabo otras películas no exentas de interés, como Le llamaban Bodhi (más tarde plagiada con descaro, cambiando tablas de surf por coches en la nefasta "A todo gas") o la infravalorada Días extraños. Red y Bigelow unieron sus talentos en 1987, junto con un grupo de actores excelentes (tres de ellos recién salidos de "Aliens, el regreso") para sacar a la luz una de las más extrañas y atípicas películas de ¿vampiros? de la década.
Una noche calurosa en Oklahoma, Caleb, un muchacho que de día ayuda a su padre y a su hermana en la granja veterinaria que poseen, y de noche pasea con sus amigos, peleándose y echando un vistazo a las chicas, conocerá a Mae, una diosa rubia y delgada, de aspecto frágil, pero irresistible. Decidido a pasar la noche con ella, se ofrece a acompañarla para conocer los contornos. Pero Mae no es como las chicas campesinas que Caleb conoce. Los caballos le tienen un pánico atroz, la chica filosofea acerca de la belleza de la noche, y cuando el amanecer está próximo, parece aterrorizarse, y exige a Caleb que la lleve de vuelta. Sin embargo, el coche se estropea, y la muchacha, tras morder a Caleb en el cuello, saldrá corriendo. El chico saldrá del coche y reemprenderá el camino a pie, llegando a su granja al amanecer. Pero durante la noche, algo ha sucedido, ahora sus ojos lagrimean y su piel echa humo. Cuando está a punto de llegar a su casa, una caravana con las ventanas tapadas le secuestra, sacándole para siempre de su vida cotidiana.

El encuentro en la noche que cambiará la vida del joven Caleb

En la caravana va Mae, junto con su extraña familia de vampiros vagabundos. Si bien, lo de que sean vampiros es discutible, pues no tienen colmillos, las cruces, ajos y demás no les hacen ningún daño... solo comparten dos características, el sol les es letal, y deben alimentarse todas las noches de sangre humana. El pintoresco grupo, liderado por un antiguo sudista, Jesse Hooker(Lance Henriksen, competente como siempre) su novia, una chica dura y despiadada, Diamonback (Jenette Goldstein) se compone además de un muchacho psicópata y desquiciado que utiliza sus espuelas de vaquero para degollar a la gente, Severen (Bill Paxton) y un viejo verde eternamente atrapado en el cuerpo de un niño, Homer. El grupo discute acerca de que hacer con él, pues su intención era matarlo, pero Mae se lo impide y les hace ver que ya es uno de ellos. Tras discutirlo acaloradamente, deciden darle una semana para que se "integre".
A partir de entonces, Caleb sufrirá un ansia brutal por la sangre. Mae le dará su propia sangre, como si fuera un niño (la imagen de Caleb bebiendo sangre del brazo de Mae en medio de un campo abandonado de extracción petrolífera es genial). Sin embargo, pasado el primer periodo, cuando ya debe buscarse la comida, Caleb se niega a matar seres humanos, viendo las orgías de destrucción que causan sus nuevos compañeros sin pestañear, como si la inmortalidad les hubiese dotado de total inmunidad moral, y Mae tratará de protegerle, sabiendo que si Caleb sigue negandose a matar, provocará la ira de los demás...
Estamos ante una película muy de su época, de los ochenta, de gran belleza visual. Al ser más oscura que la otra película de "vampiros jovenes" del mismo año, Jovenes ocultos, y al contar con menos publicidad, pasó sin pena ni gloria por las salas de cine, para más tarde convertirse en película de culto para multitud de aficionados, gracias al formato doméstico. Hoy en día está considerada como la mejor película de vampiros de la década, junto con "Noche de miedo", mientras que películas que en su día fueron mucho más populares, como la mencionada Jovenes ocultos o "Vamp" han envejecido muchísimo y están peor consideradas. Además del maravilloso triunvirato de actores (Henriksen-Goldstein y Paxton, que acababan de hacer la exitosa Aliens, el regreso) la película se beneficia de la hipnótica presencia de la muchacha que encandila al protagonista y al público, Jenny Wright, actriz que solo hizo unas pocas películas más (tenía un breve papel en el drama estudiantil "St Elmo, punto de encuentro" y protagonizó otra película de terror, "Lecturas diabolicas") y como los propios actores comentan en los extras del DVD de esta película, la actriz desapareció y nadie ha vuelto a tener contacto con ella...
Por otra parte, el cine de Kathryn Bigelow es un cine esteticista, profundamente visual, como el de algunos compañeros de la época, como Tonny Scott. Filma como pocos habrían sabido hacerlo esas noches frías, negras y azules, donde se desenvuelve la historia, con brillantez, noches mágicas, como las de John Carpenter. Otra gran idea visual es el celebrado momento en que el grupo de vampiros duerme durante el día en un hotel. La policía lo rodea y comienza a disparar contra el edificio. Las balas no les hacen daño alguno, pero si los haces de luz que se cuelan por los agujeros que estas hacen... también es visualmente impecable la mencionada escena en la que Mae alimenta a Caleb, como si de un chiquillo se tratase, en medio de un campo de extracción petrolífera, o la escena en que todo el grupo se prepara para atacar un bar de carretera, y enseñar así a Caleb como "debe hacerlo".

La troupe de vampiros ambulantes...

Esta es una de las escenas más recordadas de la película, donde los vampiros juegan con rudos camioneros y duros matones de bar, como si fueran muñecos, conscientes de que su fuerza y su inmunidad a cualquier herida les proporcionarán la victoria. Torturan a esos pobres desgraciados y juegan con ellos como quien juega con muñecos. Matan no solo para alimentarse, sino simplemente, para divertirse. Su inmortalidad les ha inmunizado contra cualquier sentimiento de culpa, cometen toda clase de pecados sin pestañear. Y la directora del film está siempre de parte de sus monstruos, y no de las víctimas (matones, ladrones de carretera, prostitutas) lo que hace que al espectador le sea difícil encontrar a los vampiros antipáticos, pese a sus brutales actos.
Por otra parte, si bien en aquel momento ya se habían hecho varias películas modernas de vampiros, en estas se seguían presentando a estos seres de forma enigmática. Aquí asistimos a un impecable examen de sus actividades, que nos son mostradas con detalle: viajan por la América rural en caravanas o camionetas con las ventanas tapadas con cinta aislante, paran ocasionalmente en moteles durante el día para descansar un par de días (curiosa y divertida la escena en la que un anciano propietario de un hotel le comenta a Jesse que "su cara le suena de algo" y este le contesta irónicamente que va por allí cada cincuenta años, y le pide que le haga ya una reserva). Para poder mostrarnos a lupa sus actividades, se nos presenta a este grupo como una familia, todo lo atípica que se quiera, pero familia (varios personajes llaman "mamá" al personaje de Jenette Goldstein, y esta se empeña en tratar a Homer como si fuera un niño, pese a que se comenta que es el más viejo de todos ellos). También, cuando el grupo descubre que Mae ha convertido a Caleb, Jesse les echa a Mae y a Caleb una mirada de decepción paternal.
El tiempo ha revalorizado esta película, sobre todo en USA, su país de origen, y solo con buscar su nombre es Internet se pueden ver comentarios positivos de todo el que ha podido verla y redescubrirla ahora, años después. Una película entretenida y recordable, que pasa de la moda políticamente correcta que tanto daño hace al cine en nuestros días, y hace que el espectador sienta verdadera simpatía por unos seres que, por sus actos, merecen la muerte definitiva...

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