domingo, 25 de noviembre de 2007

El otro



Quizá aplicar el calificativo de "única, irrepetible" a demasiadas películas acaba por invalidar dicho adjetivo. Pero, insisto, el presente film "El otro" dirigido por Robert Mulligan, es, además de fascinante, aterradora y desasosegante, única e irrepetible. Una película que muestra la maldad infantil antes del Exorcista, antes de que ninguna película lo mostrase. Y lo hace de una manera tal que es imposible no caer rendido ante la crueldad y la maestría de las imágenes. Hoy es una película prácticamente perdida, pues no ha sido editada en ningún país, en televisión hace mucho que no la ponen y en vídeo es prácticamente inencontrable, por lo que ha devenido en desconocimiento. De ser recuperada, estoy seguro de que serían mayoría los aficionados "novatos" que la descubrirían y disfrutarían.
Se trata e una película recorrida por un hálito fantástico, un aura malsana que deja al espectador intranquilo desde el principio... yo la vi por primera vez siendo muy niño en "Mis terrores favoritos" el programa de Chicho Ibañez Serrador, y aunque no la vi entera, los fragmentos que quedaron en mi memoria eran suficientemente sugestivos para llamar mi atención. Durante años la busqué infructuosamente. Todo esto era antes de Internet, antes del Emule y de la compra por catálogo al extranjero, y las únicas formas de encontrar determinada película era buscar en videoclubs (con lo que siempre te arriesgabas a que te tocase una cinta estropeada) o esperar y rezar a que la echasen por televisión. Entonces, buscar una película podía ser una odisea que podía llevarte varios años, pero el encontrarla tenía más valor, y se disfrutaba mucho más.
Dirigida por Robert Mulligan en 1972. la película nos muestra la vida de la familia Perry, que vive en una granja, en los años treinta en Nueva Orleans. El padre de la familia ha muerto, y la madre no sale de su cuarto, sumida en un profundo trauma. El protagonista, Niles, es un muchacho imaginativo y juguetón, que recorre la granja durante el verano, sin demasiado que hacer. Su único punto de conexión con la realidad es su abuela Ada, que espolea su imaginación y le enseña a jugar "al gran juego" un juego cuyos puntos clave son, precisamente, unos grados de imaginación e inocencia que solo pueden existir en la mente de un niño. Su otro inseparable compañero es su hermano gemelo Holland. Ambos son como dos gotas de agua, salvo en un pequeño detalle: Si Niles es un muchacho tranquilo, complaciente y obediente, que adora a su abuela, Holland es la maldad personificada, un niño rebelde y huraño (salvo con su hermano) que desprecia todas las formas de autoridad adulta e insiste en vivir y jugar según sus propias reglas. La película está recorrida por una tensión increíble. Los extraños sucesos que van a ocurrir en esa granja, los trágicos accidentes, las muertes no tan accidentales... todo ello nos hará comprender que en esa granja vive alguien que dista mucho de ser un simple niño travieso, sino que es la encarnación del Mal en una envoltura infantil. No se me entienda mal, no hablo de posesión diabólica ni nada por el estilo, es más, en el film no hay nada sobrenatural, como tampoco hay sangre ni escenas violentas, se trata simplemente de coger ese antiguo dicho, que reza que los niños son crueles por naturaleza, y elevarlo a la máxima potencia. Tenemos a un personaje realmente diabólico, incapaz de sentir piedad, ni siquiera hacia su madre en el momento central del film. Las palabras "encarnación absoluta del Mal" cobran un significado especialmente espeluznante cuando se refieren a un niño de apariencia indefensa.

Niles Perry al acecho de alguna travesura

"El otro" comienza con escenas de los niños correteando por la granja, y uno auguraría una de esas producciones de la Disney "en carne y hueso" pero lo que se avecina es el horror, la tensión más extrema, la maldad más absoluta. Mulligan no intenta de ningún modo justificar a su maligno personaje, es malo porque si, por que es un niño. No está aquejado de ninguna enfermedad, ni poseído por ninguna fuerza maléfica. De ese modo, la cinta gana muchos enteros, al contrario que cuanto se presenta a un niño maligno en mantalla, pero se excusa esa maldad y se justifica en exceso. Las actos del pequeño protagonista son injustificables y crueles en extremo (en especial, el bebé flotando en un barril de vino y el niño que cae sobre una horca). El otro está narrada en clave casi de cuento de hadas, de fábula cruel y despiadada. Realmente es un filme fantástico, pero sin que en él ocurra nunca nada sobrenatural, cada fotograma está impregnado de magia, de misterio, de crueldad. Es una película que se entiende mejor si se ve de adulto, pero se disfruta más si se ve de niño, porque uno esbozará una sonrisa cómplice ante las travesuras del protagonista, y luego quedará absolutamente aterrorizado por lo que sigue, pero en ningún caso podrá apartar la vista de la pantalla. La película garantiza a cualquier niño varias noches sin dormir..
El otro, en su día fue un fracaso y pasó desapercibida. Hay que tener en cuenta que se trata de una historia psicológica de corte clásico, el mismo año en que se estrenaban películas como "La ultima casa a la izquierda" o "Estoy vivo" películas sangrientas y rompedoras, a solo dos años de "La matanza de Texas" que revolucionaría el género a fondo. No era la historia que el público, ávido de sangre en aquellos días, quería ver. Pero hoy, coagulada ya toda aquella sangre para el espectador, visionar esta pequeña joya resulta un agradable respiro, a la vez que augura un buen rato de tensión y desasosiego. Hoy en día, muchas películas más populares han bebido directamente del final de esta película, filmes tan dispares como "El sexto sentido" "El club de la lucha"... Por desgracia, debido a su fracaso ha caído en el olvido salvo para unos cuantos, y es bastante difícil dar con ella. El día en que esta película se edite en DVD, no debería venderse, debería REGALARSE. Grande en verdad, cine de el de antes, que no pretende impresionar a nadie, y precisamente gracias a esa modestia, consigue más que impresionar. Consigue asustar. ¿Cuantas películas de los últimos diez años pueden decir lo mismo?

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