domingo, 4 de noviembre de 2007

La semilla del diablo



En 1968, una serie de películas cambiaron por completo el cine fantástico. Así, "2001, una odisea espacial" de Kubrick y "El planeta de los simios" revitalizaron la ciencia ficción, mientras que un producto de serie Z espectacular "La noche de los muertos vivientes" y una proucción de serie A dirigida por Roman Polanski "La semilla del diablo" cambiaron para siempre el cine de terror. La semilla del Diablo es, pues, una película fundamental para comprender la evolución ya no del género de terror, sino del mundo del cine. La película está basada en una novela Ira Levin (autor varias veces adaptado al cine, por ejemplo con la también reseñable "Los niños de Brasil"). William Castle, famoso productor que durante los años cincuenta popularizó los "gimmnicks" (trucos publicitarios que se desarrollaban en las salas de cine para crear impacto, como la aparición de esqueletos en la sala o la venta de seguros de vida a la entrada del cine para remarcar lo terrorífica que era tal o cual película) compró los derechos de la novela, y comenzó a buscar un director, si bien es sabido que fue Hitchcock quien se interesó primero por los derechos, pero se echó atrás debido al contenido sobrenatural de la obra (Hitchcock no creía en lo sobrenatural y procuraba escoger películas de misterio realistas).
Roman Polanski, que venía de hacer arrebatadoras películas en su país natal, como "Repulsión" "Cul de sac" o "El cuchillo en el agua" se interesó por la dirección. Aunque en un principio Castle y Polanski no congeniaron (Castle consideraba al director polaco demasiado joven y engreído) Polanski acabó convenciendo al productor de que él era su hombre. Decidió dar a la histora un matiz irreal, siempre dejando la posibilidad de que los sucesos sobrenaturales fuesen solo producto de la neurótica mente de su protagonista. Contó con una televisiva Mia Farrow (que tuvo que adelgazar y cortarse el pelo como un chico) Ruth Gordon, Eliza Cook, Ralph Bellamy... pero el papel más dificil de colocar fue el de Guy, que se llevó John Cassavettes después de ser rechazados Robert Redford, Tony Curtis, Jack Nicholson, Richard Chamberlain, Laurence Oliver y una larga lista de actores cotizados de la época...
La historia, de sobras conocida por el público, presenta a una joven pareja, Guy y Rosemary Woodhouse. Él es un actor brillante, pero relativamente desconocido, ya que todavía no ha encontrado un papel que le haga destacar, y ella es un ama de casa desocupada con un pasado familiar turbulento al separarse de su familia fuertemente católica para casarse con un protestante. Los dos viven en el piso de un anciano escritor amigo de Rosemary, Hutch, y buscan constantemente un piso más grande para poder tener un hijo. Finalmente hallan uno en el enorme inmueble Bramford, un gran edificio de pisos victoriano, y alquilan el apartamento de una anciana que murió hace poco en el hospital, víctima de una extraña enfermedad. Hutch, sin embargo, intenta disuadirles, al explicarles que en esa casa han sucedido todo tipo de hechos truculentos, desde asesinatos y accidentes que nunca fueron aclarados a tener huéspedes poco recomendables, como dos ancianas victorianas caníbales y un brujo, Adrian Marcato, que murió en el mismo edificio casi un siglo antesA pesar de la contrariedad de su amigo, el matrimonio se muda al edificio, que parece bastante normal, y allí Rosemary se hace amiga de Terry, una joven que ha sido acogida por un anciano matrimonio, los Castevet, los cuales la han rehabilitado de un pasado de drogas y prostitución.
Sin embargo, pocos días después Terry se suicida sin motivo tirándose desde una ventana del sexto piso, hecho que además de afectar profundamente a Rosemary, hace que ella y Guy conozccan al matrimonio de ancianos Castevet, Roman y Minnie. Él es un hombre de mundo amable y retirado, y ella una simpática cotilla. Los Castevet invitan a cenar a Guy y Rosemary, pese a la oposición de Guy, deprimido porque un actor rival le ha quitado un papel. Sin embargo, tras la cena, Guy cambia de opinión acerca de los ancianos y comienzan una amistad. Poco después, el actor rival de Guy queda misteriosamente cegado, y el joven consigue así el papel. Satisfecho, propone a Rosemary que tengan un hijo, pero la noche escogida para concebirlo, tras comer un postre que les lleva Minnie Castevet, Rosemary siente que cae en trance, y tiene varios sueños en los que es violada por una criatura inhumana. Por la mañana se despierta llena de arañazos, y Guy se excusa explicándole que por la noche, demasiado borracho, se acostó con ella estando dormida. Poco después, Rosemary descubre que está embarazada...
Así comienza un juego de equívocos, así comienza la locura de la pobre chica embarazada, que sospecha de todo y de todos. De Roman y Minnie, porque descubre que Roman es en realidad Steven Marcato, hijo del célebre brujo que vivió un siglo atrás en el mismo edificio. Sospecha además que son los culpables de la enfermedad en la que ha caído Hutch tras conocer su situación. Sospecha del veterano ginecólogo que la trata, el doctor Sapirstein, porque este es amigo de los Castevet, y en lugar de recetarle pastillas normales, le receta un brebaje inmundo que le prepara Minnie Castevet... sospecha, en fin, de su marido, de su repentino éxito en el mundo del cine, surgido a la par que su inquebrantable amistad con los vecinos. Pero también podría ser todo una cadena de coincidencias: los hechos, los nombres, los equívocos... fruto de la mente de una muchacha con un trauma psicológico tanto a raíz de la educación fuertemente religiosa de la que ahora reniega como de su embarazo.



El tema del Diablo y sus adeptos ha sido tratado por el cine casi desde su comienzo, pero nunca como en "La semilla del diablo". Aquí el diablo ni siquiera es una criatura palpable, en un sentimiento angustioso y mayestático que lo controla todo, que flota sobre el film, sugiriéndose, nunca mostrándose (salvo ese plano de sus ojos color azufre durante la violación de Rosemary) y sus adeptos no son una secta fanática de desadaptados sociales que se visten con capuchas negras y acuchillan gente, sino una encantadora y perfectamente respetable comunidad de vecinos que, solo de puertas adentro, en el silencio y la intimidad de sus hogares, llevan a cabo sus nefastas prácticas. Durante toda la película se mantiene la incógnita de si nos enfrentamos a una muchacha enloquecida, su amante esposo y sus generosos vecinos que intentan ayudarla, o si estamos asistiendo a una conjura contra la muchacha por parte de los adeptos de Satán y de un mil veces traidor esposo (John Cassavettes lo borda, consigue realmente transmitir esa dualidad entre amenaza y protección).
En la última escena del film, la dualidad desaparecerá y todas las incógnitas se resolverán, dejando para la historia un final inusual e inolvidable, en el cual Rosemary asumirá su rol y tratará de convivir en el difícil destino que le espera...
La semilla del diablo es un título fundamental. Sin ella no habría existido el Exorcista, como sus propios creadores admiten, o al menos habría sido algo muy diferente de lo que conocemos. Mia Farrow fue catapultada al estrellato, y Polanski iniciaría su carrera en Hollywood, combinando obras maestras con resultados más mediocres, y alguna joya incomprendida.

Rosemary enfrentada con la secta

Por último reseñar los avatares que rodearon a la película. Al contrario que otros supuestos hechos escabrosos en películas de terror, esto no son simples rumores, sino que es un hecho que forma parte de la historia negra de Hollywood. Durante el rodaje, la Paramount recibió varias advertencias y amenazas de sectas satánicas, molestas por el contenido de la película. Las amenazas fueron ignoradas en gran parte, pero poco después de terminarse de rodar la película, cuando aún no había sido estrenada, la tristemente célebre "familia Manson" (una secta satánica pseudo hippie liderada por el escabroso y polémico Charles Manson) asaltó la casa de Polanski, donde se hallaba su esposa embarazada de ocho meses, Sharon Tate, con varios invitados. Hubo un cuchillo y algún tipo de ritual, y al día siguiente la criada encontró a Tate y a sus invitados salvajemente asesinados. Manson y varios de sus acólicos reivindicaron los crímenes, fueron atrapados y juzgados. Manson sigue preso en la actualidad, condenado a cadena perpetua. Tales hechos dificultaron la creación de una secuela, que finalmente rodada para televisión en los años setenta y que es absolutamente desconocida.
Polanski acertó al decidir rodar su historia en el edificio Dakota (rebautizándolo como el edificio Bramford) ya que ese lugar, además de servir para inspiración a Levin en su novela, ha sido siempre lugar extraño. Suicidios, asesinatos encubiertos, incesto... a sus puertas también murió asesinado John Lennon. Al decidir rodar en un lugar real cargado de un pasado macabro, y no en un simple escenario de estudio, consiguió crear un clima realmente enrarecido, irrespirable.
Por otra parte, el autor de la novela, Levin, escribió en los noventa su visión de la secuela "El hijo de Rosemary" novela que se sucedía en el futuro, donde Rosemary se encontraba con su hijo Andy, que es un líder de masas que proclama bondad y amor en el mundo, más todo es una gigantesca tapadera para preparar el Apocalípsis... al final de la novela, Rosemary se despertaba. Tanto los hechos acaecidos allí como en la novela original, todo ha sido un simple sueño.

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