sábado, 15 de septiembre de 2007

En compañía de lobos



En pleno resurgir de los licántropos en el cine, en 1984, nos llega una de las más extrañas, bellas y sugerentes muestras de cine fantástico, de la mano del artesano Neil Jordan (Entrevista con el vampiro, In Dreams). Una película rara, con unos escenarios surrealistas, confusión y gran cantidad de lenguaje simbólico.
Asistimos a un prólogo en la actualidad, en una casa en el bosque. Una pareja llega a casa, y pide a su hija mayor que despierte a la menor, la cual se ha encerrado en la habitación, y duerme entre peluches, teniendo extraños sueños, con los labios pintados de rojo. Rosaleen ha tenido su primera menstruación, lo que desbocará su mente a toda clase de sueños de imposible explicación.
De pronto, en el sueño, Rosaleen vive con su familia en un bosque del siglo XVII, y su hermana mayor ha muerto devoraa por los lobos. Se celebra su funeral, y los padres de Rosaleen, destrozados, deciden mandar a su hija menor con su abuela (Angela Lansbury) para estar un tiempo solos. La abuela, una mujer puritana en extremo, le advierte del peligro de "apartarse del sendero" porque muchos hombres son "lobos por dentro". Más tarde, le contará la historia de una mujer que se casó con un misterioso nómada, pero al ser su noche de bodas luna llena, el marido desapareció. Con el tiempo, ella volvió a casarse y tuvo hijos, pero una noche, el nómada volvió, convertido en fiera...
Se nos contarán otros cuentos, con el del muchacho "que hizo un pacto con el Diablo para quedarse siempre joven en la Tierra", y la propia Rosaleen contará a su mare una historia de la abuela, sobre una plebeya de la que abusa un noble, que más tarde se casa con otra mujer ignorando sus responsabilidades hacia la plebeya, que está embarazada. Pero esta tiene el poder de hacer que la gente se convierta en lobo, así que acudirá al festín de la boda para cobrarse su venganza.
Se nos muestran también escenas de la vida de Rosaleen: su padre va a cazar lobos con los hombres del pueblo, mata uno y le corta la pata como trofeo, pero al volver a casa, en su bolsillo hay una mano humana... por otra parte, Rosaleen tiene su primera cita con un muchacho del pueblo, pasean, y ella se aleja, encontra un enorme árbol (de imagen simbólciamente fálica) y lo escala, llegando arriba, donde hay un nido, donde hay un espejo, un pintalabios y un huevo. Al abrir el huevo, encontrará la imagen de un bebé.

El banquete de los "aristócratas"

Más tarde, Rosaleen va a ver a la abuela para llevarle algo de merendar (vestida con la caperuza roja que la abuela le ha tejido, curiosamente) y se encuentra con un joven agradable, refinado, de buenas maneras, pero que tiene las cejas unidas en la frente. Su abuela le había dicho que nunca jamás debía hacer caso a este tipo de hombres, pero la chica se siente atraída por el caballero. meriendan juntos, y después hacen una apuesta: si él llega antes a la casa de la abuela, Rosaleen tendrá que darle un beso...
La película está llena de simobolismo. Raro es el plano en el que no aparece un lobo, un sapo, un insecto o algún ave. Una película de final incierto, pero tan sugerente que es imposible no verlo hasta el final. Una de las más extrañas muestras que nos lega el cine fantástico, una película inteligente (género, por desgracia casi desaparecido en nuestros días) Extraña e imprescindible.

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