domingo, 16 de septiembre de 2007

Muñeco diabólico



Uno de los pocos asesinos en el cine conocido por pequeños y mayores, aemás de Fred Krueger, es este muñeco con mala leche, de sonrisa satánica y aviesas intenciones: Chucky. Pese a que sus últimas apariciones en cine le han convertido en otro "bufón" como sucedió con Freddy, su primera película está lejos de ser una coña, al contrario: es una excelente pieza de suspense que se sigue con gran interés y que uno desea que no acabe. Rodada, ni más ni menos, que por Tom Holland (Noche de miedo).
La historia comienza en una fría noche de Chicago. El policía Mike Norris (Chris Sarandon, el vampiro de Noche de miedo) persigue a un asesino en serie estrangulador peligroso, Charles Lee Ray (Brad Dourif) por las calles. Al verse acorralado, el socio de Ray escapa, y este cruza varios disparos con el policía y resulta herido. Se refugia en una juguetería, a punto de morir, y jura vengarse de su socio traidor y del policía que le ha matado. Después, saca un Good Guy, el muñeco de moda entre los niños, de su caja, pone su mano ensangrentada sobre el pecho de trapo del muñeco, y comienza a lanzar unas extrañas maldiciones que hacen que el cielo se llene de nubes negras y truenos. Poco después, la juguetería es alcanzada por un rayo. El agente Norris encuentra el cadáver de Ray entre los destrozos.
Algún tiempo después, una joven madre viuda, Karen Barclay, celebra el cumpleaños de su hijo pequeño Andy, que no desea otra cosa en el mundo que un Good Guy, pero a Karen le es imposible comprar el muñeco. Sin embargo, una amiga suya, Maggie, le dice que un revendedor tiene uno a buen precio. Karen lo compra y se lo regala a su hijo. Esa noche, karen tiene que trabajar y Maggie se queda a cuidar del chico. Este le dice a su tía que su muñeco, Chucky, quiere ver las noticias de la noche (en las que, según un avance informativo, se van a dar pistas sobre el paradero de Eddie Caputo, conocido cómplice del asesino fallecido Charles Lee Ray). Maggie, por supuesto, toma a broma los comentarios del niño, pero poco después, alguien la tira por la ventana y muere. Será el agente Norris quien investigue el caso, y cuando Eddie Caputo aparezca muerto, comenzará a ver unos crímenes que le son familiares...
La película es, como he dicho, un excelente ejercicio de suspense. En primera instancia nunca vemos al muñeco en acción, solo le vemos corer por un pasillo con el rabillo del ojo (detalle que no quiere decir nada, porque Andy tiene un pijama exactamente igual que el traje que lleva Chukcy). pero poco a poco, vemos su mano de plástico, la película nos va preparando para ver al muñeco vivo. Escenas como las correrías en casa de Eddie Caputo, o la escena en la que Karen comprende que el muñeco lleva funcionando varios días sin tener las pilas puestas, son absolutamente aterradoras.
Al final, ya no queda ninguna duda: Charles Lee Ray introdujo su alma en el muñeco, y la única forma de salir de este es realizar el ritual en la primera persona a la que le reveló que era un ser vivo. En este caso, Andy...
Los efectos especiales hacen completamente creíble la película. Dese muñecos cuyos pies se arrastran por raíles, muñecos con gran movilidad, muñecos capaces de grandes movimientos faciales... en la parte final, era un actor el que se escondía tras la apariencia del muñeco, pero en ningún caso nos chirria el cambio.
En resumen, un pequeño clásico del género de "muñecos malos", un referente para toda una generación, que no ha envejecido en absoluto. Aunque las posteriores secuelas desvirtuarían por completo al personaje, llegando a caer en incoherencias argumentales que acercaban sus películas a "Scary movie" más que a una película de terror, esta primera parte se mantiene inmaculada y aguanta el tiempo espléndidamente. Muy recomendable.

El muñeco dispuesto a realizar un "pequeño" cambio de imagen

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