viernes, 14 de septiembre de 2007
Un hombre lobo americano en Londres
La primera película de hombres lobo de los ochenta, que revitalizó el preciado subgénero junto con Aullidos, sigue siendo la más discutida del "loto". Lo es, porque mezcla comedia con terror. Algunos opinan que la mezcla ha envejecido muy mal, y que la película hoy en día ha perdido su mayor potencial. Otros opinan (opinamos) que la película es una pequeña joya que combina los momentos de comedia y terror a la perfección (aunque en mi opinión, el filme de Dante supera a este, eso no tiene que ser malo para "Un hombre lobo americano en Londres"). La película está guionizada y dirigida pro John Landis, rey de la comedia adolescente, claro precedente de los actuales American Pie y similares, en los setenta/ochenta, ahsta que en un accidente durante el rodaje de "En los limites de la realidad: la pelicula" hizo que se convirtiera en un director "maldito" en Hollywood. Desde entonces, no ha levantado cabeza.
Pero pasemos a la película. Dos muchachos americanos, David (David Naughton) y Jack (Griffin Dunne) están de vacaciones en Europa, y se están dando una vuelta por los desérticos páramos ingleses antes de reunirse con sus compañeros de clase en Londres. Durante su viaje, solo por su conversación y por la amistad que mantienen desde su niñez, nos encariñamos con ellos. Landis consigue que queramos a unos personajes que ya intuimos desde el principio, van a sufrir lo suyo. Los muchachos llegan de noche a una taberna "La oveja degollada" en medio de ninguna parte. Allí viven unos escasamente comunicativos aldeanos, que parecen alejados del mundo (cuentan y se ríen con chistes que todos hemos oído mil veces, y que para nosotros perdieron la gracia a los dos años). Los aldeanos aceptan a malas penas a los muchachos, pero cuando Jack pregunta si la estrella de cinco puntas que tienen pintada en una pared es para protegerse de los hombres lobo, les echan de malas maneras. Expuestos en campo descubierto, con una lluvia torrencial, corren por los páramos, cuando comienzan a oír unos terribles aullidos que parecen venir de muy cerca. En la oscuridad, creen intuir una enorme forma animal ante ellos, así que corren, pero la bestia ataca y mutila a Jack. David huye, pero no tiene corazón para abandonar a su amigo y vuelve a ayudarle, pero ya es tarde. La cosa le ataca, pero antes de que pueda asesinarle, los aldeanos le abaten a tiros. Lo último que ve, antes de perer la conciencia, es un hombre desnudo y abatido junto a él, donde debía haber una enorme bestia peluda.
Tres semanas después despierta en un hospital de Londres, donde le informan que efectivamente, su amigo ha muerto, pero se le aparece poco después en estado de descomposición, para advertirle que ahora es un fantasma, y que David fue atacado por un licántropo y se transformará y matará cada luna llena. Casi curado de sus heridas, pero el médico no confía del todo en su salud, ya que David insiste que lo que les atacó fue una bestia, no el hombre que ya ha sido enterrado. El muchacho se enamora de la enfermera Alex Price, y cuando le dan el alta se va a vivir con ella. Pero, justo un mes después de ser atacado en el páramo, cuando sale la luna llena...
La película combina momentos que realmente hacen que te acojones (el ataque contra Jack es brutal, así como los ataques posteriores, especialmente el del metro, toda una pieza de suspense). Los momentos de comedia atañen a la pareja de despistados detectives que estudian el caso, o a las apariciones de un cada vez más putrefacto Jack, que conversa con David como si tal cosa: no es un zombie, ni un espíritu vengativo, solo un alma en pena que vagará eternamente por la tierra, a menos que la estirpe del ser que le mató sea exterminada. Poco a poco, Jack no aparece solo, sino que le acompañan de los espíritus de las personas a las que David ha asesinado. Es precisamente en la última transformación, en un cine porno, cuando tiene la conversación con los fantasmas de sus víctimas, que le sugieren formas de matarse, algunos con bastante entusiasmo. "¿Somniferos? ¿Un cuchillo? ¿Un accidente de coche? Se podría usted tirar al Metro. ¿Una pistola? No es lo bastante segura, puede fallar. Si se la mete en la boca, seguro que acierta..." a lo que Jack clama "¡Si no les importa, caballeros, este hombre es amigo mío!" (todo con los sonidos de la peli porno de fondo).
Esta escena conducirá a David a Picadilly Circus, y al final de la película, algo atropellado, pero lógico. En general, consiero la película un experimento entrañable y perfectamente disfrutable. El maquillaje de Rick Baker es alucinante, la primera transformación, rodada a plena luz, es increíble: los huesos se doblan y se trituran, la piel se estira, y todo eso tiene que doler... curiosamente, Baker estuvo a punto de ser contratado para hacer los maquillajes de "Aullidos" pero había hablado del proyecto de "Un hombre lobo..." con Landis tiempo antes, y consideraba que tenía un compromiso con su película. La banda sonora tiene mala leche, plagada de canciones tipo "Bad Moon" que suenan en el momento adecuado... Puede que no sea una obra maestra, pero es un clásico.
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